Joana Prats (Bárbara Goenaga) sufre agnosia, una lesión que afecta a su percepción y por la cual no es capaz de interpretar bien los estímulos que recibe a través de los sentidos. Siendo, además, la única que conoce un secreto industrial guardado por su padre, la joven será víctima de un complot para extraerle esa valiosa información aprovechando su confusión sensorial. Durante la trama, dos personajes cercanos a ella -con quienes surgirá un extraño trío amoroso- jugarán un papel crucial: Carles (Eduardo Noriega), prometido de Joana y Vicent (Félix Gómez), un joven e impulsivo criado de la mansión Prats.
Con motivo de la promoción de Agnosia, hablamos con su protagonista Bárbara Goenaga:
Pregunta: ¡Menudo año! Cuatro películas y todas de distinto género, como para estancarse
Respuesta: No, no, imposible estancarme, aunque quisiera no podría ahora mismo (risas). Pero ha sido todo un poco fortuito la verdad. Me llegó el guión de Estrellas que alcanzar que era un personaje que hablaba en euskera en la Guerra Civil, o sea que nada que ver. Después vino Agnosia, una persona con esta enfermedad. Después la película francesa (Le village des ombres), que tenía que hablar en francés y era una película de terror, y por último la argentina (Sin retorno). Ha sido muy variado.
P: Se te ve cómoda en el cine de género, como en Los Cronocrímenes de Nacho Vigalondo
R: La verdad sí que creo que Nacho me abrió una puerta a ese mundo. Como espectadora me encanta ese tipo de cine, siempre me ha atraído. Lo paso muy mal, paso mucho miedo, pero al final lo acabo viendo. Soy de esas personas que tengo que verla acompañada pero me encanta ese tipo de cine. Me parecen muy fáciles de ver en el mejor sentido de la palabra. Agnosia por ejemplo mucha gente se cree que es una película de terror y no tiene nada que ver; es de misterio, un thriller, pero no hay ningún susto, hay que dejarlo claro.
P: Lo que puede inducir a pensar eso es el planteamiento que tiene, la ambientación…
R: Claro, es la estética. Cuando he visto los trailers he entendido lo que la gente piensa. Tengo amigos que dicen: «No voy a ir a ver la película porque es que lo paso muy mal y si voy tengo que ir con alguien«. Pero sí, yo creo que es la ambientación y la estética: el universo oscuro romántico, un poco gótico.
P: El que la gente pueda no tener muy claro que es lo que va a encontrarse en Agnosia, en que género enmarcarla… ¿puede jugar en contra de la película?
R: No me lo planteo porque no lo entiendo. A mí como espectadora me gusta ver cosas que me sorprendan, que sean inclasificables. Quizás en España sí que es verdad que si es drama, es un drama social, humor o película sobre la guerra civil… o sea que no nos planteamos mezclar géneros cuando de Hollywood nos llegan películas que mezclan géneros todo el tiempo, como en la vida misma. La vida nunca es de una manera, es de muchas maneras y es lo que me gusta. Para ver Agnosia tienes que ir con muchas ganas de ver cine, con la mente abierta y llevarte a ese mundo. Como te puede pasar con Tim Burton por ejemplo. Es un mundo al que tienes que dejarte llevar y no pensar de antemano lo que vas a ver.
P: ¿Y cómo ha sido trabajar con Eugenio Mira y el resto del equipo?
R: Eugenio es un director que ha venido como una ola. Son directores noveles que han visto muchísimo cine, saben mucho de cine, y se atreven con esa historia que tienen en la cabeza porque saben muy bien lo que quieren hacer. Y creo que es el caso de Eugenio. Trashorras y él tenían muy claro lo que querían contar, como querían que estuviera ambientado, que estética querían que tuviera. Se rodeó de un equipo muy joven. Unax Mendía por ejemplo, la fotografía que hace es espectacular; Alvariño, el director de arte, lo mismo. Creo que fue un cúmulo de cosas que plasmaron al final esa idea que tenían en la cabeza. Muy atrevida por otro lado. A mí como espectadora me encanta que haya directores así, que te sorprendan. Te puede gustar más o menos, pero te sorprende que sea algo visualmente tan potente y tan bonito.
P: ¿Cómo preparaste el tema de la agnosia?
R: Eso fue lo más complicado. Queríamos que la agnosia no fuera el protagonista, aunque la película lleve el nombre de Agnosia y es una excusa para contar muchas otras cosas, pero no queríamos que fuera el centro. Por otro lado, como actriz tenía la responsabilidad de plasmar lo que significa la agnosia, sobre todo concretar el tipo de agnosia tenía, porque hay miles de tipos: muy leves por meningitis, se te olvida como escribir y leer, para ti una J y un lápiz es lo mismo, no entiendes la diferencia… En el caso de Joana lo tenía todo, entonces el trabajo fue ir a un neurólogo con el guión y él hizo un diagnostico del personaje. Nos encontramos con muchos impedimentos, no podíamos ceñirnos totalmente a la agnosia: por campos de luz, por cámara… había muchas miradas que eran muy confusas. Era complicado que luego no quedara tampoco gracioso o una cosa frívola. Era difícil saber donde está el límite que quedara real y no gracioso.
P: Claro, supongo que sería una responsabilidad eso, el «simular» que tienes esa lesión, pero al mismo tiempo hacerlo de una forma que resulte creíble
R: Exacto. Luego vi un documental de Joaquín Jordá, había tres chicas que yo las oía hablar y no veía la agnosia que yo había trabajado por ningún lado. Pero porque tenían una agnosia un poco más leve y además habían aprendido. Hoy en día ya es más fácil, se sabe más de la agnosia. En la época no se sabía nada y cuando alguien tenía una enfermedad de este tipo pensaban que era una loca y le enviaban al manicomio. He visto videos en Youtube con agnosias muy gordas y todo cambia en realidad. De mente están perfectamente, pero la mirada, los gestos… y claro, lo haces tú y tiene que quedar real. Eso era lo más complicado.
P: ¿En algún momento Joana llega a diferenciar a Carles y Vicent?
R: No, no hay ningún momento. Ella está todo el rato interactuando con su novio, con el hombre con el que se va a casar, hasta el final. Con la mala suerte de que encuentra el amor verdadero y se enamora profundamente de dos mitades que no están en la misma persona. Esa es la tragedia de Joana. Hay un momento que sí, pero ya muy al final. Para entonces, cuando ella se da cuenta de que dos personas están jugando a ser la misma persona, ella ya se ha enamorado de ese tercer ente.
P: ¿En qué te basas para elegir tus papeles?
R: Suele ser intuición pura. Para empezar tampoco llegan tantísimos proyectos como quisiéramos. Pero sí eliges lo que no quieres hacer y lo que sí. Es verdad que tiene que ser un cúmulo de cosas, la historia te tiene que gustar pero a veces el personaje en concreto te encanta. O de pronto te gusta el guión pero no te entiendes con el director, o no te gusta el guión y cuando hablas con el director te da una seguridad y quieres trabajar con él. Siempre hay factores distintos, que no eres consciente porque al final das un sí o un no. Al final yo creo que es pura intuición.
Fotos: ROBERTO GARCÍA
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