Para entrar a vivir

Para entrar a vivir: Un quiero y no puedo constante

El filme dirigido por Pablo Aragüés y Marta Cabrera, Para entrar a vivir, nos narra la curiosa historia de una pareja de treintañeros (Bárbara Goenaga y Gorka Otxoa) que busca desesperadamente la casa de sus sueños para emprender un nuevo camino juntos hasta que vienen a dar con una especialmente particular y misteriosa.

 

Bárbara Goenaga y Gorka Otxoa

 

En principio, la premisa de la película es simple, centrándose en el actual problema de la búsqueda de vivienda de dos jóvenes que no son capaces de encontrar un hogar con una hipoteca que se pueda ajustar a su nivel económico; sin embargo, esto es solo la excusa inicial para adentrarnos en la trama real. La casa a la que llegan casi de casualidad esconde algo: les da todo lo que piden y cumple sus deseos. Esto, que en cuanto se dan cuenta de las facilidades y ventajas que les da, poco a poco se va girando en su contra.

 

Hasta ahí parece todo sencillo y la comedia tiene visos de que va a empezar a funcionar, pero no es así. Comenzamos a ver escenas que, en lugar de hacernos reír, nos provocan una sensación de autoparodia de la propia película, sin saber muy bien a dónde nos quieren llevar con esta historia. Todo ello es fruto de un guión que no llega a penetrar en lo que quiere contar, que se queda en la superficie y que, además, tiene unos giros bastante perturbadores.

 

Jorge Usón, Kira Miró, Bárbara Goenaga y Gorka Otxoa

 

Simplemente, es un producto de poco metraje -apenas llega a la hora y cuarto de duración- que es fácilmente olvidable al poco de visionarla, donde no destaca ninguno de los apartados. Los actores parece que no entienden muy bien ni sus propios papeles, lo cual es normal a tenor de la trama que se va desarrollando. En ocasiones parecen sobreactuar y es imposible llegar a ponerse en su piel. La comedia se convierte en una película que nos quiere ir conduciendo a determinados tintes de terror y se va desinflando sin realmente hacernos creer nada de lo que estamos viendo.

 

En definitiva, un guión sin rumbo, con una fotografía y montaje que no llegan al mínimo. Luces y sombras que no te sumergen en la historia, por lo que te alejan de ella; y un final sin rumbo que te deja completamente frío o sin descifrar lo que nos han querido contar en esta historia. Pareciera ser un capítulo de alguna serie sin demasiada calidad de Netflix, tan poco como eso.

Acerca de Carlos Moreno

Me pego horas pegado al sofá viendo películas y series, disfruto con ese olor a palomitas que desprende un cine y, ya que estamos, quiero aportar un granito de arena con mi humilde visión de la industria. Soy Licenciado en Periodismo y vivo en el paraíso (Canarias), así que no le puedo pedir más a la vida.

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