Daniela Vega: «El arte es un dispositivo social que denuncia, pero lo que más hace es cuestionar la sociedad»

La entrevista al director Sebastián Lelio, era elegantemente interrumpida por Daniela Vega, la actriz protagonista de Una mujer fantástica, quién añadía a la última pregunta realizada al director, lo siguiente: «Son dos mujeres luchadoras, rebeldes y dignas que luchan por sobrevivir. Eso es lo que veo en común entre Marina y Gloria«. La actriz chilena Daniela Vega ha saltado a la palestra gracias a la película de Lelio y a que puede ser la primera persona transgénero en recibir una nominación al Oscar. En San Sebastián hablamos con ella sobre Marina, su relación con Lelio y su figura pública como actriz transexual. 

 

Daniela Vega en la alfombra roja la pasada Berlinale

Daniela Vega en la alfombra roja la pasada Berlinale

 

Pregunta: ¿Cómo definirías a Marina?
Respuesta: Marina es una trinidad entre la dignidad, la resiliencia y la rebeldía y sobre esa base construí al personaje.

 

P: Nos decía Sebastián que fuiste consultora cultural del guion, un guion que es una amalgama de géneros pero que nunca desentona, ¿cómo fue esta asesoría? ¿Qué le llevó a querer que la protagonizases tú?
R:
Sebastián escribió el guion sin que yo supiera que lo estaba haciendo, pensaba que solamente estaba investigando y nunca se me ocurrió preguntarle que estaba haciendo con la información que yo le facilitaba. Después de dos años de conocerlo, me manda un guión que en la portada ponía UMF (siglas de Una mujer fantástica) y entre paréntesis TOP SECRET. Cuando empecé a leerlo, veo que sólo hace referencias a un tal Orlando hasta que este muere y la cámara pasa a Marina, lo que me incitó a seguir leyendo y cuando terminé de leer pensé: «Esto es una película sobre una chica trans» y agarré el teléfono, llamé a Alemania y le dije a Sebastián: «¿Te has vuelto loco?» y él me respondió que el guión era una propuesta para trabajar juntos en la película y yo no me lo podía creer. Enseguida le dije que sí y ya entendí porque quería toda esa información, entonces cogí mi bolso y me fui tres días de fiesta y ya cuando se me acabó la resaca empezamos a trabajar.

 

P: ¿Crees que el personaje te sirve para analizar tu vida?
R:
Marina es un personaje que encuentra belleza y poesía en lugares desérticos, es capaz de refugiarse en la arena del desierto y esa es una de las características de la resiliencia. Cuando cree a Marina usé estas tres características basales pero debía buscar el lado más femenino de ella, ubicarla en la mujer. Traduje todo eso en lo que icónicamente significa pertenecer a lo femenino y, más que iconos particulares o personas vivas, utilicé como referente la experiencia femenina en general, feminidades: mujeres masculinas, heterosexuales, lesbianas… todas cabían en el cuerpo de Marina, nada en prticular. Buscaba la idea que me generaba la sensación de ser mujer, lo que yo veía que significaba ser una mujer: un sinfín de cosas porque hay mujeres para todo, el trabajo fue crear un personaje femenino que tuviese muchas características y muchas capas emocionales, como una torta de milhojas, y ahí está la complejidad del personaje (más allá de coreografías, bailes o vuelos), era intentar crear un personaje que cualquiera pudiese sentir propio, más allá de ser hombre, mujer o trans. Cualquiera puede ser discriminado, cualquiera puede sentirse oprimido, cualquiera puede ser invalidado por el hecho de ser español en otro país, por el hecho de ser rubios o morenos, por el hecho de ser mujer, por el hecho de ser periodista… cualquiera puede ser discriminado ante cualquier cosa y la discriminación y el rechazo sirvió para entender que no se necesita nada en particular para ser discriminado porque el hecho de ser un humano ya es un objeto de discriminación. Ante eso creo un personaje poderoso y valiente.

 

Daniela Vega en una escena de 'Una mujer fantástica'.

Daniela Vega en una escena de ‘Una mujer fantástica’.

 

P: ¿Sientes responsabilidad dentro del colectivo LGTBI?
R:
Siento responsabilidad con mi trabajo, soy una actriz disponible para hacer cualquier personaje: he hecho personajes transgénero, cisgénero, masculinos, femeninos y podría seguir interpretando a cualquiera; aunque sé que mi figura en el mundo podría ser referente para algunos, pero mi compromismo está con mi trabajo. Sé que la gente me está mirando, pero yo no soy activista, no estoy en un parlamento buscando leyes, mi presión hacia el estado y el poder es hacer películas y generar reflexiones: esa es mi forma de ser activista, pero no pertenezco a ninguna institución o asociación que tenga que ver con eso. Respeto, valoro y admiro el trabajo activista, es necesario y soy parte de la comunidad LGTBI, pero mi rollo artístico va básicamente ligado al cuestionamiento de las cosas y no busco responder preguntas, más bien hacerlas, cuestionando antes de decir que tengo la respuesta a algo, sigamos preguntándonos por qué pasan cosas.

Las películas y las obras de arte son una especie de ecuación que se resuelven de manera colectiva, nosotros planteamos algo y vosotros termináis completándolo al irse a casa pensando su reacción ante equis situación y ese es el trabajo artístico: el arte es un dispositivo social que denuncia, pero lo que más hace (bajo mi punto de vista) es cuestionar la sociedad, la moral, el genero, el cuerpo… ¿qué cuerpos son legales? ¿cuáles ilegales? ¿por qué hay cuerpos que no se pueden conquistar? La validación de comportamiento humano es, para mí, la labor de cualquier trabajo artístico y conozco históricamente artistas que lo han hecho y para mi el arte es eso, una gran pregunta, más que una gran respuesta que está en la vida misma, en ver el Guernica y decir «impresionante»; no sé si Picasso lo pintó pensando en una pregunta y no pensando en decir «¿qué te pasa con lo que estoy pintando?» Cuando yo actúo lo que demuestro es que hay emociones que compartimos, creo que soy la única persona transexual entre toda esta gente, pero todos tenemos un corazón que late en el medio del pecho, todos moriremos, todos hemos sentido amor, todos hemos sentido desamor y, en definitiva, todos podemos ser Marina. Hay un sentimiento compartido que es la experiencia humana.

 

P: ¿Es eso lo que engancha tanto de Marina? ¿Que todos nos sentimos identificados con todas esas situaciones que ella va viviendo?
R:
Claro, lo que yo intenté hacer fue traducir, de la manera más orgánica y masiva posible, la sensación de opresión. Porque quien diga que nunca se ha sentido relegado o rechazado está mintiendo.  Yo entrego esas preguntas y vosotros veis si os encajan o no, pero, afortunadamente, Marina tiene la característica de caerle bien a todo el mundo.

 

Una empoderada Marina en un momento de 'Una mujer fantástica'.

Una empoderada Marina en un momento de ‘Una mujer fantástica’.

 

P: ¿Cómo fue tu preparación para este papel? Te vemos correr por la ciudad con tacones, te balancean, hay mucho desgasto físico.
R:
Como yo había trabajado con Lelio al principio, ayudando a documentarse sobre el mundo trans, entonces, cuando acepté el papel, tuve tiempo para poder crear el personaje. Tenía el guión y aspectos de dirección, pero la creación era mía por lo que pude decir ¿Qué hago con estos ingredientes? ¿Cómo armó el plato para que sepa bien? Al final, lo que hice fue incorporar características y le iba presentando a Sebastián al personaje: ¿Qué te parece si anda así? ¿Qué te parece si se mueve así? porque ella y yo somos completamente distintas, yo no sería tan pasiva como ella, es mucho más elegante, tiene un grado de elegancia superior. Marina es una especie de diva de los 40, muy sotisficada, a mi me gusta mucho la ropa, pero soy mucho más ordinaria que ella.

 

P: ¿Qué es tuyo en Marina? ¿Cómo incorporaste el momento musical?
R:
Para Sebastián, la música es muy importante en sus películas y él me dijo que tendría que cantar ópera, le propuse algunas arias y el tomó la decisión final. Fue un desafío importante porque yo nunca había cantado esas piezas, por lo que tuve que prepararlas con mi profesor de canto y el pianista, además de entenderlas porque en la ópera toda la emoción va en la voz y no en como te mueves, por lo que había que cantar para generar la emoción que la escena necesitaba y ahí está el pulso de la música. Sebastián tiene muy claro lo que quiere y pide todo de una manera muy especial, trabaja linealmente con sus actores y conversa siempre de tú a tú. Uno debe confiar en su director, si yo no hubiera confiado en él, no podría haber hecho el trabajo como lo hice.

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Cine, arte y tebeos. Amarás el musical sobre todas las cosas. John Cameron Mitchel es mi dios. Si quieres encontrarme, busca en mi habitación. Si no, en cualquier rincón de Madrid.

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