Isabel Coixet: «Los personajes femeninos tienen más capas»

Con entrar en la Sección Oficial se sentía contenta. Otra cosa fue la apertura. Un festival requiere más exposición. La directora Isabel Coixet presentaba Nadie quiere la noche  en Sección Oficial. Con todo lo que conlleva inaugurarlo, Coixet tenía tiempo para explicar este trabajo que habla sobre las expediciones al Polo Norte de principios de Siglo XX, fijándose concretamente en la figura de Josephine Peary, la esposa de Robert Peary. Aún así, esta es una película de mujeres: Juliette Binoche y Rinko Kikuchi.

 

I. Coixet. Leandro Betancor

Isabel Coixet /Foto: Leandro Betancor

 

P: ¿Cómo surgió el interés por contar la vida de este personaje?
R: Fue por un guion que escribió Miguel Barros. Me lo envió, me pareció maravilloso, era contar la historia desde un punto de vista y desde unas mujeres que nunca salen y que fueron importantes en la vida de este hombre; de hecho, sin el dinero de Josephine Peary ni la manera que tenía ella de convencer a los financieros, él nunca pudiera haber hecho estas expediciones. Me pareció fascinante, pero también muy dificil; había una serie de cosas que veía de problemas de rodaje que veía difíciles de resolver, pero también quería esa temeridad

 

P: Ha sido un rodaje extremo entonces?
R: 
Fácil no fue desde luego… Pero claro, pienas como estaban Los peary, los Cook, … Estas expediciones al Polo Norte sin móviles, sin adelantos técnicos y con los medios de la época, uno piensa «¿Y cómo lo hacían? ¿Cómo conseguían realmente pasar meses y meses?». Evidentemente en todas expediciones, moría la mitad de la gente que iba, y los que no sufrían mutilaciones de todo tipo, hombres que se quedaron ciegos, etc. Hay un personaje de la película que lo dice: Sabemos dónde estamos y sabemos el precio que tenemos que pagar.

 

P: La película desmitifica a estos exploradores, porque se ve más arrogancia y temeridad que valentía
R:
Sí, hay un componente de soberbia increíble, y sobre todo de algo muy extraño pero que forma parte de la naturaleza humana que es el «salir en la foto». Josephine quiere reunirse con su marido por amor, pero porque quiere también compartir la gloria, quiere formar parte de un evento; esto es algo que está presente en pequeña y gran escala en muchas de las hazañas que vemos en los periódicos.  Sí que me interesaba reflejar eso y algo que pienso después de haber leído sobre estos hombres ¿Y todo esto para qué? ¿Para qué tantas muertes y tanto sufrimiento? Todo este saqueo a los inuit y pasarles enfermedades, quitarles hasta un meteorito que llevaba unos trescientos años allí y que era la única fuente que tenían para hacer armas. Robert Peary fue precisamente el que se lo llevó. Hay un punto de locura y de expoliación simplemente para salir en los libros de historia que me parece repugnante.

 

P: Además de ese elemento paternalista a los esquimales durante la película, una especie de colonialismo paternalista
R: Sí, y a mi lo que más me fascinaba es que toda esa actitud de soberbia, se destruye en dos patadas cuando hay que comer y sobrevivir; ahí entonces sí que se reconoce al otro. Sin embargo en este caso, reconocer al otro supone asimilar que el marido prefería esa otra opción. Peary tuvo más amantes que Allaka. Todos los exploradores utilizaron a las mujeres inuit como prostitutas a las que ni siquiera pagaban. No había respeto alguno. En el caso de Josephine, la lección que le da la otra es que la civilización no es tan civilizada y la barbarie no es tan bárbara. Yo me siento muy inuit, me siento muy Allaka a veces (ríe), porque Josephine es un personaje antipático.

 

Nadie quiere la noche. Leandro Betancor

Nadie quiere la noche /Foto: Leandro Betancor

 

P: Siemre que se empieza una película, hay una historia que llevas al principio, y luego hay otra que llevas al final según la grabas, la montas, … Esta historia con tanta intensidad ¿Qué te deja?
R: Me deja un poso más práctico que es «Nunca más hago nada a 14 grados bajo cero». En cuanto lea el próximo guion y ponga que está nevando iremos mal. Este el giro más personal. Pero aparte, yo conocía muy poco el mundo de las expediciones árticas, de hecho era algo que me parecía un mito muy ajeno, pero tengo que decir que el mundo inuit me había fascinado mucho. Todas estas películas como Nanuk, el esquimal, Los dientes del diablo que es casi de cartón piedra, pero había en ese mundo de gente que sonreís porque sí, esas costumbres sexuales, porque ellos consideran el sexo como algo puramente placentero donde no hay las ataduras ni historias de celos que marcan nuestra manera de concebir el amor y el sexo y me interesaba mucho. Uno de los personajes de la película, Lisa, una de las mujeres que está mascando piel en una secuencia de la película, es descendiente de Allaka, entonces estar con ella, ver esa manera tan extraña que tenían de ver el mundo, tan sensible y poética y mirar el clima. Ella le ayudó a Rinko a preparar el personaje. De hecho cogió muchas cosas de la manera de moverse de ella, de estar. Son más cosas las que sé ahora del mundo inuit.

 

P: La historia es, pese al contexto histórico de dos mujeres ¿Tú te sientes más cómoda hablando de mujeres?
R: 
A mí las mujeres, en general, me parecen más interesantes que los hombres. Yo me entiendo mejor con ellas. Me parece que tienen más capas, más sentido del humor y pueden estar en muchos niveles a un mismo tiempo. Me interesa mucho la relación de intimidad que se crea entre dos mujeres que son de dos mundos completamente distintos y que acaban pudiendo estar en simbiosis. Si estos dos personajes hubieran sido hombres hubieran acabado matándose, estoy convencida.

 

P: Has repetido con Rinko, en su momento  con Sarah Polley, Leonor Watling. Tenéis pendiente Juliette Binoche y tú otra película desde hace tiempo. ¿Eso se verá?
R: Yo conocí a Juliette con un proyecto que no se llegó a hacer. Era una historia muy interesante que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial en Praga. Pero el productor desapareció y al menos nos conocimos y siempre hablamos de hacer algo. Y cuando recibí el guion pensé en ella. Si ahy una actriz del cine mundial que puede defender y encarar este personaje es ella, y luego sabía que le va a gustar. Ojalá salga aquella historia, pero vamos yo con Juliette hago la película que ella quiera. Igual que con Rinko. La verdad es que con todas las actrices con las que he trabajado me he sentido muy bien. Con Candela Peña quiero hacer otra película y sé que se la debo, que quede claro. Con Sara (Polley) estuve en el festival de Toronto y siempre pensamos algo más tendremos que hacer. Es un privilegio trabajr con gente que no sólo son buenos, sino que también te apetece tomar un vino, para mí es importante lo que ocurre dentro y fuera del plató.
Además hay tantas cosas que influyen en una película. Hay tanta gente que trabaja en ellas… Ahora hay que ir con acciones, poco a poco.

 

P: Eso, o el crowdfounding, ¿Crees que hay futuro en el nuevo cine «low-cost»?
R:
Yo creo que hay futuro en todo lo que esté bien, en películas que tengan sentido. Este año me han interesado por ejemplo LoreakHe visto la de Angelina Jolie que ha costado un pastizal, y sinceramente, me quedo con Loreak. Prefiero cosas como también Mommy de Xavier Dolan que ha hecho con dos actrice amigas suyas. Lo importante es que haya una idea, una historia interesante y un punto de vista interesante; el dinero, a ver cuanto más mejor (ríe). La anterior estaba hecha en dos semanas con nuestro dinero y ésta está hecha con el dinero de mucha gente. Y es una película que en Hollywood hubiese costado diez veces más. Pero lo bueno de ser director es que te olvidas del dinero, y esto es muy saludable.

 

P: Definías a Candela Peña como una Ana Magnani ¿Como definirías a Juliette y Rinko?
R:  Es que Juliette ya es un icono como Ana Magnani. Rinko es una actriz muy poco valorada en cierto modo. Es una mujer que no encaja en el cine japonés por ser demasiado compleja, no encaja con el estereotipo que se tiene de mujer en el cine japonés, y claro para el cine occidental es una japonesa. Pero yo creo que es una actriz excepcional, hay que ser también excepcional para estar delante de Juliette y estar a su altura, y ojalá la gente reconozca el trabajo que ha hecho en la película porque para mi es tan meritorio el trabajo de una como el de la otra.

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