Jessica Chastain, nominada al Oscar en dos ocasiones (por La noche más oscura y Criadas y señoras), ha pasado recientemente por nuestro país para promocionar El caso Sloane, un frenético thriller político que le ha permitido reencontrarse con el británico John Madden, quien ya la dirigiera en 2010 en La deuda, uno de los films que ya ayudó a ser reconocida entre el gran público.

En esta intensa jornada de promoción hemos podido comentar con ella algunos de los aspectos de la película que la ha traído España, así como de otros aspectos de su carrera profesional. La actriz ha destacado que tenía muchas ganas de volver a trabajar con John Madden. «La primera vez que trabajé con él interpreté a un personaje que era muy inseguro. Se parecía a mi momento personal, estaba al principio de mi carrera. Ahora interpreto a un personaje muy seguro de sí mismo, siente que es buena en su trabajo. Ha sido un poco como un espejo (…) me siento más segura de mi misma en mi profesión que al principio«.

El personaje de Elizabeth Sloane le resulta muy atractivo porque le permite «interpretar un personaje femenino que hace añicos el estereotipo (…). Es una mujer muy preparada, ambiciosa e implacable. No es nada fácil para la sociedad ver a una mujer como ella. Eso hace que sea muy importante«. Al respecto del personaje, Chastain ha defendido lo que ella considera indispensable para que este tipo de roles dejen de ser la excepción: «Es importante demandarlos más a la industria, y eso es lo que yo hago. A veces, cineastas increíbles me envían unos guiones donde los personajes femeninos están muy mal escritos. Y les digo que no me interesa interpretar un personaje que simplemente es el objeto del personaje masculino. Incluso si es una parte pequeña de la película, ella tiene que ser una persona totalmente realizada, tiene que ser el sujeto de su vida. Lo pido para mis papeles y a los directores con los que trabajo. Y creo que el público debería demandarlo también«.

Ánimo de aprendizaje

Además de su faceta como actriz, Jessica Chastain lleva una incipiente carrera como productora que inició con La desaparición de Eleanor Rigby. «Fue la primera película que produje y fue muy emocionante hacerla. Estaba interesada en utilizar cualquier influencia que pudiera tener en la industria para poner el foco en otros artistas, y eso es lo que puedes hacer como productora. Ahora tengo muchos proyectos en fase de desarrollo, en los que no necesariamente voy a actuar, pero que pondrán el foco sobre muchos artistas«.

Tampoco pierde la ocasión para seguir aprendiendo de algunos de los referentes del cine contemporáneo, como Pedro Almodóvar, con quien coincide en el Festival de Cannes como jurado. «Me gusta tanto Pedro Almodóvar. Y el hecho de estar a su lado durante dos semanas creo que voy a aprender muchísimo sobre cine, sobre ser un ser humano. Tiene una sensibilidad tan grande y tanta pasión, y es un gran defensor de las mujeres… así que creo que será una experiencia increíble para mí«.