El año más violento

El año más violento: El magnate tranquilo


El título explica el contexto: es 1981, el año que los índices de criminalidad en Nueva York se dispararon. Pero ese es el entorno. La historia se centra en un hombre de esos hecho a sí mismo que tantas veces el cine americano ha mostrado, uno de los que han alcanzado el sueño coterráneo. El nuevo triunfador es mucho más apacible que Tony Montana, Jordan Belfort o Vito Corleone. Abel Morales (Oscar Isaac) quiere mantener su negocio, su sueño fuera de peligro.

 

La ciudad pasa por momentos violentos, pero J.C. Chandor no cae en el recurso fácil de ensañarse en excesos de agresiones y ferocidad. Solo da pequeños goteos que se insertan dentro de la parsimonia turbada en la que camina el filme. Hay poca brusquedad, pero el ambiente queda impregnado de un panorama algo aturdido. Se palpa la presión con esa perspectiva de la gran urbe tan plomiza, inmóvil y asfixiada.

 

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En su anterior trabajo, Cuando todo está perdido, llevó al extremo lo de expresar con silencio. Siendo ambos argumentos gestas muy diferentes, aquí sigue la pauta de no abusar con recargados diálogos. La hostilidad se enseña de muchas maneras, sin recurrir a peleas y persecuciones. El director presenta con su tercer largometraje inmerso dentro del cine negro quedándose en lo esquemático y con mucha furia contenida. Aunque hay desahogos en el metraje para que no explote abruptamente: ahí están las escenas con los altercados en los camiones o el sacrificio del ciervo atropellado. Chandor insiste en ser prudente como su personaje principal hace lo propio con el fiscal.

 

El protagonista es un rol que hace unos años le habría tocado desarrollar a Al Pacino. Pero los años pasan y llegan las nuevas canteras. Es el turno de Oscar Isaac, que le toca desenvolverse en un papel que se quiere desquitar de las etiquetas que van con el estereotipo; él pretende seguir por el buen camino, pese a que la situación de su empresa, dedicada a los combustibles, sea crítica.

 

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A la par de Abel está su mujer como está Jessica Chastain dándole réplica a Isaac; la actriz de La noche más oscura no se anda con chiquitas y muestra sus armas de mujer fatal en el cuerpo de Anna, la esposa de Abel. Un personaje estereotipado –mujer florero esposa de magnate–, pero Chastain le aporta arrojo y parsimonia en las dosis necesarias. Anna se ha criado en un mundo de  gánsteres, de ahí que choque a veces con las decisiones de su esposo, que se tortura a sí mismo por qué ley seguir: la de la calle o la establecida en la constitución. Están en el mismo equipo pero quieren jugar de forma opuesta: él, defendiendo y ella, atacando. Ambos intérpretes están tan sublimes que conforman la espina dorsal de la película.

 

El año más violento es sugerente. Expresa la inestabilidad de la que es la economía más potente del mundo con las fieras que la corrompen. Y Chandor profundiza dentro década personaje con perverso juicio y sin dejar ningún resquicio abierto. Cada arista  (véase el retrato ochentero, ponzoña financiera o desórdenes conyugales) está más que finiquitada. Su misión no es quitar el aliento al espectador, sino ofrecerles una historia de mansa  violencia, de principios, y al estilo clásico. ¿Por qué género se decantará ahora el prometedor cineasta?

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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