De pasar de unos ilusos por las calles de Madrid, Jonás Trueba pasó a trabajar con unos exiliados dirección Francia. Son tres amigos, cada uno en una situación amorosa diferente, eso les convierte en unos Exiliados románticos. Su creador pasó por Málaga llevándose el aplauso del público y la Biznaga de Plata del Premio especial de Jurado. Allí tuvo tiempo para hablar de esta historia sobre la amistad y el amor tan pura.
P: A quién enseñaste antes la película, ¿a tu padre o a tu tío?
R: (Ríe). Pues la vieron juntos en casa uno de los primeros montajes. Pero no sé si fueron los primeros en verla, la verdad es que no me acuerdo ahora porque hice varias proyecciones con amigos en casa. Pero ellos son siempre de los primeros a los que les enseño cosas porque siempre te dan un buen feedback. Creo que necesitamos todos tener personas de mucha confianza que te hacen ver cosas.
P: ¿Cómo definirías Los exiliados románticos?
R: Uy, soy muy malo con las definiciones y vendiéndome. Es difícil porque no es una típica película al uso. Creo que es una cinta de amistad, que habla sobre la relación entre hombres y mujeres, entre mujeres y mujeres, hombres y hombres, y creo que para mi tiene que ver con esas películas tipo Cuenta conmigo o estas historias de amigos que tienen una excusa para viajar y reírse. De hecho una de las cosas que me gustaba era hacer una película donde se viera a veces riéndose, sin entender de qué se ríen, como pasa muchas veces cuando te acercas a un grupo de gente que no son de tu confianza y tienen un montón de bromas privadas y quería retratar eso.
P: ¿Cuál es el germen de esta película?
R: No hay nada autobiográfico porque nunca he hecho ese viaje; Lo he hecho haciendo la película y casi siempre me pasa que más que partir de lo autobiográfico, voy hacia lo autobiográfico, que creo que es muy diferente. Las películas me gustarían que fueran autobiográficas a posteriori, por eso intento que las pelis no sean un drama en el que uno muere, sino que te enamores o estés bien o lo que sea. Intentas ir hacia eso. En este caso prelocalizamos el viaje antes sin saber exactamente lo que iba a suceder en el mismo. En un primer momento tenía la idea de dos amigos, luego decidí que fueran tres. Luego decidí que se fueran encontrando con otros amigos o amigas, y así me fui dando cuenta de la película que estaba haciendo y me gustaba, y de hecho creo que es una película que ha salido muy de dentro, que la tenía muy interiorizada y la verdad fue surgiendo por espontaneidad bastante, ha sido muy divertido. Mis anteriores películas surgían de una cierta idea previa de algo, de una intelectualización mayor y en este caso no.
P: Has trabajado cada una de las historias que salen de manera diferente?
R: Yo creo que ya en la elección de los tres chicos, como pasa siempre con el trabajo del director, yo creo que hay toda una serie de elecciones previas que haces que determinan y definen mucho la película que vas a hacer. Creo que ahí, el hecho de mezclar a Vito (Sanz), Fanchesco (Carril) y Luis (Parés), me gustaba, me parecían muy diferentes pero veía que podían convivir muy bien ene una película. Me gusta eso en las historias. A lo que doy más vueltas es cuando decido qué personas hacen los personajes, es como tu material principal, es como cuando vas a pintar un cuadro y piensas en la textura que quieres que tenga. Muchas veces en una película la textura te la dan los propios actores. Con un tono, una voz, una melodía… Por eso es lo que a mi más me preocupa. Cuando lo veo claro eso, es cuando tengo la película clara, aunque no sepa el argumento o tenga 25 lagunas más. En este caso, me gustó la conjunción de los tres y también Renata (Antonante) a la que había conocido, Isabel (Stoffel)… eran todos muy distintos pero me apetecía ver una película en la que salen ellos. Porque son actores que no son los habituales en el cine. Para mi eso es crucial, porque veo películas donde los actores parecen actores, y yo quiero que parezcan seres.
P: Respecto al estilo de la película, tampoco es la típica a la que estamos habituados. ¿Es una manera de ofrecer al público cosas nuevas?
R: Yo creo que justo ahora mismo se están haciendo cosas nuevas. El panorama del cine español hay películas muy diversas. Es verdad que quizá no en las salas comerciales pero que hay circuitos, hay plataformas y hay festivales que están dando cabida a un montón de directores muy dispares. Pero aun así es verdad que no hay tantas películas por ejemplo de personajes de nuestra edad donde nos permitamos este tipo de divagaciones. Por ejemplo hay una película ahora con la que me puedo sentir bastante afín que se llama Las altas presiones de Ángel Santos, que cuando la veo, digo me gusta porque no es tan habitual ver una película así tan frágil, tan de personajes con todo lo que pueda tener de ridículo o de verdadero o arriesgado. Veo que puede haber propuestas más radicales, más del documental, más de la no ficción, de los formatos, pero no tanto esa cosa de los personajes.
P: ¿Hay algún director en el que te hayas inspirado para Los exiliados?
R: Hombre, siempre te mencionan a directores que te gustan y te alegra… Ahora con esta, alguien me decía que es muy “rohmeriana”, y a mi me hace gracia porque me gusta mucho. Si lo dice todo el mundo pues algo habrá. En realidad te pone contento porque te das cuenta que en realidad Eric Rohmer está vivo para los demás, no sólo para ti. Si te lo dice algún periodista significa que Rohmer es importante para él o lo reconoce. Me ha gustado esas sensación con la película. Y es que son cineastas que llevas dentro, pero no es que lo haya querido referenciar yo. Quizás había más momentos que me gustaba pensar en el cine de Alain Tanner, que es un cineasta más olvidado. Es un director con una obra menos redonda que otros, pero que yo también lo llevo en el ADN, y que tenía alguna ingenuidad y al mismo tiempo esas películas donde los personajes tenían ese halo idealista, donde sucedían esas conversaciones, que no tienen que ver con esta cinta, porque es más ligera que cualquiera de Tanner. Lo pondría más como un referente porque nadie habla de él, y creo que es un cineasta del que ver sus películas hoy es interesante.
P: ¿Tienes algún proyecto en mente? ¿Hay algo ya escrito?
R: Sí, de hecho estaba con otro y apareció éste en medio y se coló, y eso me ha descolocado un poco. Ahora tengo que ver realmente cómo afecta éste al siguiente. Estoy ahí con algo. Siempre tienes ideas, lo que pasa es que a veces estás con ganas de hacer una película pero luego se te pasan, o sucede algo que hace que no la hagas. Ahora estoy, como sucede después de cada película, de dispersión, pero pronto habrá otra. Me temo (ríe).
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