Jurassic World

Jurassic World: De fan a fan

A la salida del cine tras la exhibición de Jurassic World una frase sobrevolaba la acera de los Cines Proyecciones de Madrid: “está entretenida”. Nunca encontrabas a la persona que lo había dicho, como si se tratase de un poltergeist que tuviera la sala encantada. Los susurros se repetían y, de vez en cuando, una segunda psicofonía aparecía para confirmar zanjar: “pues a mi me ha gustado”. Más allá se empezaban a formar círculos de poder con amigos temerosos de ser captados, y entonces los susurros se convertían en murmullo y solo podías captar palabras sueltas: “tacones”, “Chris Pratt”, “el nuevo”, etc. Para el oído inexperto todo apunta a que la nueva entrega de la saga de la mejor saga de dinosaurios de la historia (no hay otra) ha sido todo un éxito. Pero para el espectador crítico el panorama se vuelve mucho más aterrador: los necios han hablado.

 

Chris Pratt

 

En el fondo no son tan necios, porque todos saben que lo que han visto no merece el apelativo bueno o divertido. El entretenimiento es, si cabe, más ambiguo que la diversión. No acabas de decir que te ha parecido una buena peli, por si acaso alguien piensa que tienes mal gusto; tampoco divertida, a ver si vas a proponer ir a tomar algo después del cine y la gente va a pensar que, para divertirse, más vale que se alejen de ti. De modo que dices entretenido, y así puedes rectificar si cualquier persona te dice lo que realmente es Jurassic World, que es una mala película.

 

Es mala porque, a la altura de la cuarta entrega, repite fórmula: excéntrico rico que posee el parque y, básicamente, la lía; niños irritantes cuyos padres se están divorciando; problemas de tolerancia hacia los niños, encarnados esta vez por una mujer; villano que busca hacer dinero fácil y desata la fuerza de la natrualeza.

 

Es mala porque el conflicto de los personajes tiene dos carencias: o no se resuelve o no se explica. ¿Cómo se resuelve la relación entre las hermanas? ¿Por qué me presentan un conflicto de adolescente salido en uno de los niños, si no le lleva a ningún sitio? ¿Por qué el excéntrico rico…? ¡¿Por qué el excéntrico rico?!

 

Bryce Dallas Howard

 

Es mala porque, veintidós años después de la primera entrega, utiliza peor los efectos especiales que la original. Y no hablamos solo de la construcción de marionetas y animatronics para la recreación de los animales -que en esta entrega solo ocurre en una escena-, además, se abusa de un CGI que muestra demasiado de los monstruos, los ilumina mal y no se molesta ni en animarlos como es debido. Los animales parecen moverse a cámara lenta como si la gravedad no les afectase.

 

Es mala porque la dirige un fan, para los fans. En Jurassic Park Spielberg estaba creando una nueva forma de hacer efectos especiales y donde quería, al igual que John Hammond, que niños y adultos de todas las formas y colores disfrutasen de sus animales y creyera que estaban vivos. Colin Trevorrow no deja de ser un fan que quiere formar parte de la historia del cine por haber trabajado con uno de los mejores directores, en una de las sagas de mayor éxito.

 

Pero no se puede criticar a un fan que hace una mala película, si vivimos en la era del fandom. Los espectadores son fan, los directores son fans y los críticos, que deberíamos juzgar los productos por encima de la taquilla y de las fantasmadas que nos hacen reír con los amigos en el bar, no somos más que fans. Y aquí es donde los necios hablan y se apoderan de un negocio que se ha estancado porque los freaks han tomado en control y han demostrado que son lo mismo que aquello contra lo que, alguna vez, se rebelaron. El fan tampoco quiere productos de calidad, siempre y cuando haya muchos efectos. No quiere personajes con desarrollo, siempre y cuando la tía esté buena. No quiere un guión con sentido, siempre y cuando haya buenas hostias. No quiere valores que le hagan reflexionar, siempre y cuando la película haga taquilla. Porque al final el argumento principal del fan será “pues ha arrasado en taquilla”. No obstante, son los mismo que, revestidos de una arrogante intelectualidad de patio de colegio, son despiadados con aquellos que ven Sálvame y, a su vez, lo defienden por la cuota de audiencia. Porque el análisis del producto audiovisual hace años que pasó de ser crítico, serio y observar los detalles que hacen que una obra sea creíble y contundente. Solo se discute sobre los beneficios y en las fantasmadas de serie B.

 

Chris Pratt y Bryce Dallas Howard

 

Y si no me crees:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/06/150615_eeuu_cultura_exito_estreno_jurassic_world_bd

http://elcomercio.pe/luces/cine/jurassic-world-estreno-mas-exitoso-historia-cine-noticia-1818852

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/06/15/actualidad/1434351449_682654.html

http://www.europapress.es/cultura/noticia-jurassic-world-rompe-record-taquilla-mas-511-millones-dolares-20150614182431.html

 

Y estos son medios especializados en cine:
http://www.fotogramas.es/Noticias-cine/Jurassic-World-bate-records-mundiales-de-taquilla

http://cinemania.es/noticias/jurassic-world-hace-historia-devorando-la-taquilla/

 

Por último haré un apunte. Porque puede que el lector no se sienta responsable de esto. Leyendo comentarios sobre Jurassic World, me he encontrado uno en concreto que decía que cuando uno va a ver una película de este tipo va a ver efectos y no tiene por qué haber un buen guión. Si eres una de esas personas, piensa antes de decirlo. Porque afirmar que una película no tiene por qué tener un buen guión sino efectos es como decir que un libro no tiene por qué tener una buena trama, sino dibujitos. Entonces puede ocurrir que tu interlocutor piense que, o bien no lees libros, o peor aún, que los lees sin prestar la más mínima atención. Lo mismo ocurre con el cine, querido/a.

 

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