West Side Story

West Side Story (2021): Un nuevo clásico inmortal

Recuerdo cuando se anunció que iba a realizar una remake de West Side Story, uno de los clásicos más grandes de la historia del cine, y el miedo que me entró en el cuerpo con esta nueva corriente de hacer remakes de películas clásicas. Pero cuando se anunció que Steven Spielberg era el encargado de dirigir la adaptación, los miedos se disiparon por completo. West Side Story (2021) es una película que respeta por completo la obra original, dotándola de personalidad propia, expande ciertos aspectos que en la original quizás no se podía por presupuesto y tecnología, y emociona al mismo nivel que aquella. Además, es una cinta que se centra mucho más en el respeto de las culturas, en el respeto de la lengua y en ser una carta de amor en forma de homenaje. Es una cinta preciosa, llena de ritmo, de emoción y de lágrimas. Hace sesenta años Wise y Robbins regalaron una obra maestra inmortal, sesenta años después Steven Spielberg nos regala otra obra maestra inmortal. West Side Story vivirá para siempre.

 

 

West Side Story (2021) no es una copia totalmente de la original, sino que respira su propio aire y su propia personalidad. No pretende en ningún momento que olvidemos que existe el clásico, sino que se realiza como ampliación, modernización y mejora en algunos aspectos a ese clásico. Los dos pueden convivir perfectamente juntos. Steven Spielberg sabe perfectamente dotarla de ritmo, de musicalidad y de una emoción propia del director de La lista de Schindler. Su forma de dirigir queda totalmente patente en la cinta y en una fotografía algo más sucia de lo habitual para darle a la cinta ese aspecto vintage que parece buscarse para estar cerca del clásico. La historia es más o menos la misma, la lucha de dos bandos por un territorio, pero aquí el guion está algo más fino a la hora de realizar una historia contra el odio, contra el racismo y contra los supremacismos que hay en el mundo. Una cinta de denuncia para todos aquellos que siguen pensando que con el odio o el racismo se puede solucionar algo. Y es un alegato también a la lengua, al inglés, al español y a todas y cada una de ellas.

 

Ariana DeBose y David Alvarez

 

En cuanto a las canciones, no se puede decir nada que no se sepa ya. Todas son los clásicos del musical. No falla ninguna y todas suenan espectacular en esta nueva versión. Si había dudas con la cinta, una vez que empiezan a sonar los acordes de María todo vuelve a su sitio. Es escuchar Tonight y los bellos ponerse de punta y sentir un temblor dentro del cuerpo. Y cuando llega el momento de America el cuerpo solo pide bailar, gritar y aplaudir al son de la canción. En America sucede algo completamente nuevo que es que la coreografía se expande, sale del tejado de la original y se lanza a la calle para darle protagonismo a todo el mundo. Una auténtica barbaridad. Y también lo es el elenco elegido para dar vida a Toni, María, Bernardo o Riff. Ansel Elgort quizás era el que más dudas levantaba porque muchas veces parece no tener demasiada movilidad, pero aquí su Tony es bastante bueno, canta de una manera soberbia y baila igual. Pero la gran revelación es Rachel Zegler y su María. La actriz es tierna, es sensible y tiene una voz que cautivará a todos. Sus números musicales son realmente maravillosos y consigue meternos de lleno en la historia. También es un lujo ver a Rita Moreno, Anita en la película de 1961, con un pequeño papel y volviendo al inmortal musical.

 

Rachel Zegler

 

West Side Story (2021) es un clásico instantáneo. Es una obra que rinde homenaje y culto a la de 1961 pero que sabe ser diferente y tener personalidad propia. Steven Spielberg ha conseguido superar cualquier duda o miedo que hubiera respecto a esta nueva versión creando una obra inmortal. Una de esas películas que se tienen que ver en pantalla grande y más de una vez. Una auténtica barbaridad.

Acerca de Christian Leal

Avatar de Christian Leal

Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

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