Mabel Lozano lleva a sus espaldas varios documentales. Chicas nuevas: 24 horas es su último proyecto. La ex presentadora presentó en Málaga este frío –y real– testimonio sobre la explotación de mujeres.
P: ¿Por qué este documental, Mabel?
R: Primero fue Voces contra la trata de blancas hace diez y yo había abordado este tema desde las víctimas desde hace tiempo, y creo que me faltaba por contar más, ya que es el tercer negocio ilícito que más dinero genera en el mundo. Sobre todo yo quería entender el porqué de la explotación y la esclavitud. Tanto en el punto de partida por la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades y en nuestro país es por esa demanda que incentiva la oferta y que enriquece a muchos que no son precisamente las mujeres. Y en esa búsqueda del por qué nos ha llevado a contarlo en cinco países. Yo creo que contándolo de esta manera vemos un delito que está ocurriendo en el mundo entero por la globalización. No es la trata de blancas, es la trata de seres humanos, y son blancas, negras, amarillas.
P: Aquí en el documental te centras en esta zona de Perú ¿Lo conocías de antes?
R: yo no iba a rodar en Perú. Lo que pasa es que cuando me estaba documentando, la productora ejecutiva del proyecto, que es peruana, me pasó información de una ONG de lo que está pasando en el Amazonas, en la zona de Madre de Dios. Es una trata muy desconocida porque es una trata nacional. Nosotros estamos acostumbrados a una trata internacional. La de allí es de Perú para Perú, y tiene mucho peso, porque es una trata mayoritariamente de menores.
P: Dada la dureza de los testimonios, ¿Estas mujeres tuvieron problemas en sincerarse con vosotros?
R: Eso tiene que ver con un trabajo previo. No es tan fácil encontrarlas de primeras, esto es un trabajo de diez años de trabajar con ONGs, con fiscalía y policía. Durante los últimos cuatro años hemos trabajado en red entre países. A través de este trabajo en cadena hemos llegado a ellas y es lo que más ha costado. Una vez que hemos llegado ha sido con mucho respeto. Cuando se habla de este tema siempre es muy amarillo porque da mucho morbo y con una falta de respeto tremenda. Estamos hablando de una violación de derechos humanos. Yo ya tenía un trabajo hecho con mucho respeto, y ese me ha permitido conseguir unos testimonios que son realmente muy difíciles de conseguir.
P: El documental tiene unas imágenes muy potentes de esas zonas, pero donde está la fuerza es esas declaraciones. ¿Siempre te planteaste la forma del documental así?
R: Siempre, sí. Yo empecé este trabajo con Susana Fernández, una amiga que trabaja en derechos humanos, con la que hice la investigación. Luego incorporamos a Alicia Luna, la guionista de Te doy mis ojos. Desde el primer momento teníamos claro que íbamos a hacer esa falsa masterclass de Marketing explicando que esto es un negocio. Al final la trata se rige por los mismos parámetros que cualquier otra empresa: consigues los mejores guisantes, los exportas, los publicitas, los vendes, y los productos que salen mal se tiran a la basura. Desde esa manera tan fría es como se ejecuta esto, y teníamos muy claro explicarlo así. Lo que ocurre es que cuando yo viajo a Perú junto con mi director de fotografía –los equipos han sido locales–, allí ha habido que hacer ese acercamiento.
P: ¿Hay algún público en especial al que te quieres dirigir con este documental?
R: A los jóvenes. Esto se frena educando y sensibilizando. El público joven que está en internet, en las universidades, el que no lee el periódico, que no tiene un conocimiento exacto de lo que está pasando. A ese es al que hay que llegar. Y desde luego en los países de origen a ellas.va a haber una copia específica para Perú en quechua, y otra para Paraguay en guaraní, porque son las comunidades de donde son captadas las mujeres, así que hay que llegar a ellas, y decirles que ese sueño que les prometen es una pesadilla. En España es vital visualizar el delito porque muy poca gente lo conoce. A la gente le suena de pasada.
P: Ya que te mueves dentro del documental ¿Ves si ahora tiene más acercamiento el género con el público?
R: Pues depende de qué documentales y qué público, como todo. Yo veo muchos documentales y me dedico a ello. Este es mi quinto largometraje documental. En mi casa mis hijos están acostumbrados a verlos porque nosotros los ponemos. Pero efectivamente, la reacción general es muy diversa. No hay más que ver las audiencias de los documentales de La 2 y la de Gran Hermano.
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