¡Qué felices nos está haciendo Norma Editorial! La empresa afincada en Barcelona tiene los derechos de publicación en nuestro país (en EEUU los posee ahora Titan Comics) y ha iniciado la recopilación de todo el material existente de Tank Girl en una edición de los llamados tomos integrales. Y cuando hablamos de todo, hablamos de todo: desde el material clásico recogido en EEUU por el ya extinto sello Vertigo, la etapa del personaje en IDW o su “renacer” más reciente en la citada Titan Comics, donde Tank Girl ha cogido un excelente ritmo de publicación en los últimos 2-3 años con abundantes historias de nueva creación.

«Venga, profesor… ¿cuándo fue la ultima vez que vaciaste el tubo de ensayo«

Es en este escenario donde se sitúa la publicación de este El integral de lo nuevo de Tank Girl, cogiendo el testigo del volumen que pudimos disfrutar hace unos meses llamado El integral de Tank Girl que contenía las primeras historias del personaje. Como aquel, este se presenta en tapa dura con sobrecubierta. Y si no sois amibos de esos añadidos estéticos, la cubierta «real» del tomo luce de por sí muy bien.

Este nuevo volumen incluye Tank Girl: La Odisea, libro que publicó hace unos años La Cúpula en un cartoné algo mayor que este, más cercano al tamaño de los álbumes europeos, además de otras cuatro historias que hasta el momento no habían sido recogidas en neustro país. Una de ellas es obra del propio Peter Milligan (autor de La Odisea) en la que Tank Girl tiene que localizar a Booga que se está haciendo pasar por el presidente Bill Clinton (no olvidemos que estamos hablando de un cómic aparecido en 1995) en Navidad, con lo que ya podéis imaginar -dado el grado de locura de los personajes- cómo se puede ir de madre todo.

Esta Odisea de Milligan, que abraza tanto el referente de Homero como el de Joyce y que cambia los peligros a los que se enfrentaba Ulises por avaros productores de cine, mafiosos o bandas de rock siniestras, curiosamente fue publicada en origen poco después del estreno del filme de Rachel Talalay (cuya adaptación al cómic también guionizaría Milligan), con lo que fue ideada antes de conocerse el fracaso que resultaría ser  la película tanto en taquilla como en crítica. Teniendo esto presente, es muy interesante comprobar la mirada casi premonitoria, de advertencia y desconfiada ante la industria del cine como despiadado negocio.

A esta la sigue Tank Girl: Apocalipsis (escrita por Alan Grant), en la que nuestra heroína tiene que enfrentarse a un fin del mundo tan desquiciado como divertido en el que, como siempre, no faltan la sátira política y la crítica a la sociedad capitalista. Junto a La Odisea este relato es el más largo de todos los incluidos en el tomo y comparte con ella tanto la particular situación personal de la protagonista -convertida en madre-, como su mordaz crítica al mundo de la TV y el espectáculo. Esto último, es cierto, no es ajeno a Tank Girl y su ideario, pero resulta muy revelador comprobar como autores distintos a Alan Martin y Jamie Hewlett son capaces de hacer propio su discurso y consiguen dar una visión del personaje coherente con lo que conocemos y esperamos de ella.

A continuación Philip Bond coge el testigo con una pequeña aventura titulada Picnic en Hanging Cock en la que Tank Girl toma un papel secundario, pero las leyendas sobre ella son usadas para advertir a los especuladores de turno. Y el volumen cierra con Tank Girl: El regalo, un puñado de historias cortas que suponen la vuelta de Alan C. Martin al hogar, a narrar las aventuras de su creación, esta vez acompañado al dibujo por Ashley Wood. El tono de estas aventuras es más casual y anarquista. Tank Girl y su panda se desmelenan en unas tramas donde no cabe la corrección política y la crítica (que nunca falta) toma un cariz más lúdico y gamberro.