«Acabo adorando esas pistolas de rayos neón láser de propano«
Durante la pasada Heroes Comic-con de Madrid, mientras esperábamos a ser vilipendiados de alguna nueva y creativa manera por sus organizadores, los redactores de varios medios que habíamos tenido la ocasión de charlar con Peter Milligan por su trabajo en Britannia (editado en España por la misma Medusa que nos trae este cómic) comentábamos lo chocante que era conocer al fin al guionista de algunos de los cómics más gamberros que recordamos (Liga de la Justicia Oscura, X-Statix) y encontrarnos con un afable caballero de mediana edad que disfrutaba disertando sobre la historia de la Gran Bretaña contemporánea al Imperio Romano.
La sensación de descoloque se acentúa cuando, después de esa experiencia, uno se acerca a Kid Lobotomy. Porque el nuevo cómic de Medusa nos lleva de la mano a un viaje lisérgico y espeluznante en el que los traumas reprimidos, la Metamorfosis de Kafka y las lobotomías experimentales son señas de identidad y elementos recurrentes en un paisaje cambiante de viñeta a viñeta. Kid Lobotomy es una de las idas de pinza más grandes que he leído en todo 2018, si no es la mayor, pero es extrañamente adictivo y uno no puede parar de leerlo hasta que ha terminado de darle la vuelta a la última de sus páginas.
«Mi inmediata reacción: un grito huracanado a través de mis traumatizadas sinapsis«
Lo más jodido del asunto es que todo tiene un cierto sentido y desde el principio no hacemos sino contemplar un viaje de autoconocimiento y sanación. Sólo que se nos cuenta de la manera más retorcida posible, cogiendo las piezas desperdigadas de una mente rota y recomponiendo con ellas un millar de escenas distintas en las que el protagonista trata desesperadamente de metamorfosearse, pero siempre acaba volviendo a un mismo y aterrador momento de su vida. Kid Lobotomy es terrorífico, escatológico, inquietante, obsceno y siniestramente divertido. Es una experiencia que merece la pena haber leído al menos una vez y es una puerta al tremendo genio creativo que se esconde tras las líneas de diálogo de este álbum en cartoné.
Tess Fowler nos acompaña a través de nuestro viaje al psicodélico hotel de The Suites con un dibujo que, al igual que el protagonista de esta obra, va mutando y metamorfoseándose según las circunstancias lo requieren. Así, en Kid Lobotomy nos encontramos con una infinidad de cómics distintos, que juegan con nuestra mente y nuestros recuerdos al tiempo que se ríen de los tiempos modernos y le dedican un canto maravilloso al siempre rico y siniestro mundo del punk. Medusa Cómics ha vuelto a dar en el clavo con un cómic que no debería pasar desapercibido y que entra de cabeza a mi top 10 de este año que se acaba. Con más cómics como este otro gallo nos cantaría… Claro que quizás ese gallo entonces nos devoraría y se quedaría mirando al lector con cara de pocos amigos antes de soltar un discurso recargado y descorazonador.
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