Emma Frost

La Patrulla-X. Golgotha: Tensiones… amorosas

La Patrulla-X: GolgothaPanini Cómics está logrando que su línea Marvel Must-Have se convierta en indispensable para todo buen fan marvelita que se precie. Además de acercar los relatos más icónicos de la editorial al público casual, también ofrece etapas más o menos acotadas que quizás en su día pasaron más o menos desapercibidas, pero que tienen el suficiente valor cómo para gozar de buena consideración entre el público especializado, ya sea por los equipos creativos implicados o por planteamientos que buscan ir un pasito más allá de los cánones habituales del género.

 

«¿Te enseño lo afilados que son mis colmillos?«

 

La Patrulla-X de Peter Milligan (que «sufrió» como la vuelta de Claremont en el contexto de los mutantes de Morrison y Whedon) tiene un poco de ambas cosas. Por un lado, un guionista de reputado prestigio en el medio (que además en estos arcos argumentales cuenta con la inestimable colaboración de Salvador Larroca) y, por otro, propone un enfoque ciertamente diferente a lo que venía ofreciendo la franquicia en sus principales cabeceras.

 

La influencia de sus X-Statix está presente a través de unos personajes más desinhibidos y pasionales que de costumbre, para los que el amor y el deseo son temas tanto o más relevantes que las cuestiones heroicas. La Patrulla-X siempre ha jugado con el culebrón desde sus inicios; la diferencia radica en la forma, directa y desacomplejada, con la que lo aborda Milligan.

 

Emma Frost

 

El aspecto emocional -y psicológico- es uno de los aspectos a los que más empeño quiere poner el autor desde el principio, como bien demuestra el arco de debut, Golgotha, en el que la gente-X no solo siente sus miedos tomar forma, sino que exterioriza dudas, recelos y temores sobre sí mismos y sobre los demás. A través de una amenaza «invisible», que les ataca en el plano mental, Milligan y Larroca construyen un relato que apenas necesita secuencias de acción. Prácticamente los personajes solo investigan, deducen y conversan entre ellos. Y solo con eso se genera una atmósfera terriblemente tensa y de peligro, por momentos incluso de terror. Por sí misma, Golgotha justifica la recuperación de esta etapa.

 

El segundo de los arcos juega en la misma línea de subrayar los choques emocionales entre los personajes, haciendo que las fricciones entre ellos sean las que detonen los conflictos. Quizás el carácter telenovelesco sea demasiado exagerado y retorcido y la sensación de avance es bastante más difusa que en el arco anterior, en el sentido de que los personajes parecen esta en el mismo punto tanto al empezar como al acabar la aventura, lo que hace la lectura un tanto más tediosa y que pueda ser catalogada como «relleno».

 

Es posible que esta disparidad de calidades entre los diferentes arcos argumentales sea la nota dominante de la etapa y de ahí que haya pasado tan desapercibida con los años. Esto es algo que descubriremos en próximos volúmenes.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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