«Vale, la buena noticia es que no es tan poderoso como el Sol«

Tenemos una de cal y otra de arena este mes en la serie de Iron Man que guioniza Christopher Cantwell. Por un lado tenemos la historia principal, la del Tony ‘Enfadado’ Stark contra el casi todopoderoso Korvac, alcanzando una nueva cota de complejidad e interés, jugando con lo que podíamos esperar de la trama y de sus personajes y dejando al protagonista en una posición que es, como mínimo, muy interesante. Por el otro, la serie se cruza con el evento marvelita de Rey de Negro sin aviso y sin indicarnos demasiado el orden (parece ser que va después de su segunda entrega, así que ya sabéis) para regalarnos una historia tan rara y loca que, de no estar tan descolocados y confundidos, podría hacernos hasta gracia.

Así que hagamos lo que suele tocar en estos casos y vayamos por partes. Cantwell hace caer a Tony a lo más hondo en este, en teoría, último capítulo de su primer arco argumental (que sólo lo es de nombre, ya que la historia seguirá el mes que viene desarrollándose como el único arco real que van a formar estos dos ‘ciclos’). La pequeña revolución de los marginados que se nos prometía en el número anterior queda rápidamente sofocada para mostrarnos a un Iron Man que vuelve a caer en viejos errores, se equivoca y ve como va perdiendo todo aquello en lo que depositó sus más ínfimas esperanzas de derrotar al cíborg con aires de grandeza. Así, la última página de este capítulo nos deja con un Tony en estado crítico y sin esperanzas de remontar: justo lo que el personaje necesitaba para poder reinventarse y regresar con fuerza a la primera plana de los héroes de la Casa de las Ideas.

«Dios mío. Han knullificado a Santa«

Y justo cuando estamos deseando leer más sobre la caída y el alzamiento del Vengador Dorado, llega Santa Claus. Tal cual. Con motivo de Rey de Negro, Cantwell enfrenta a Iron Man y Victor von Muerte (el otro personaje sobre el que este autor escribió en el pasado para la editorial) contra una versión venenizada del rechoncho repartidor de regalos navideños. En un cómic que salió en Estados Unidos en febrero… y que llega a nuestras tierras en mayo. La historia está tan fuera de lugar (para que os hagáis una idea, el capítulo del que he hablado en el párrafo anterior es de marzo de este año en los EEUU) y es tan rara y forzada que uno no sabe si reír o llorar. A Cantwell le han dicho que tenía que escribir un capítulo con Iron Man participando en este evento y el pobre muchacho no ha sabido dónde meterse. Y claro, lo que ha salido es algo lamentable que no salvan ni los dibujos de Salvador Larroca.

Iron Man #5 (#124)

Me queda muy claro que la etapa de este guionista es de transición. Quizás, si las cosas salen bien, pase como cuando Donny Cates participó con una breve etapa para Doctor Extraño (uno de los escaparates que utilizó para reivindicarse), pero no tiene ninguna pinta esta etapa de ir a durar más allá del momento en el que Korvac salga del escenario y Tony vuelva a ser el tipo de siempre. Con todo, me gustan mucho algunos detalles que ya he comentado en reseñas anteriores y otros que, como vemos al final de este número, hacen regresar a su protagonista a sus críticos comienzos (cuando su armadura era, además de un arma, la máquina que lo mantenía vivo). Marvel ha escogido a un autor muy interesante para arreglar el estropicio que nos dejaron Dan Slott y Christos Gage. Veremos en qué queda.