Una de las grandes sorpresa que los Goya de 2022 (que cumplen ya su edición número 36) tenían preparada era la creación un Goya Internacional para «personalidades que contribuyen al cine como arte que une culturas y espectadores de todo el mundo«. Casualidad o causalidad, el primero de estos cabezones honoríficos tiene inscrito el nombre de la australiana Cate Blanchett, que se pondrá a las órdenes de Pedro Almodóvar en Manual para mujeres de la limpieza adaptación del libro de Lucia Berlin; y que se alza con este reconocimiento por «ser una figura extraordinaria del cine mundial” y «una actriz que ha interpretado personajes inolvidables que ya son parte de nuestra memoria y de nuestro presente«, en palabras de la Academia de Cine.
En el espectacular marco que siempre es el Palau de les Arts de Valencia, la actriz ha atendido a los medios desplazados a la ciudad del Turia para cubrir la fiesta de los Goya en una rueda de prensa en la que ha agradecido el honor concedido, ha reflexionado acerca de su ya dilatada carrera y ha dado sus impresiones acerca su inminente trabajo con Almodóvar. Sobre el galardón otorgado por la Academia, Blanchett explicó que «cuando me llamaron para decirme que me iban a dar el Goya Internacional me quedé sin palabras, porque el cine español ha tenido una influencia fundamental en mí, no solo por la obra de Almodóvar y Amenábar, también por todo el cine hablado en español«.
Ganadora de dos premios Oscar y tres BAFTA, la intérprete ha reflexionado sobre su trayectoria y sobre lo que valora de la misma a nivel creativo: «Ya tengo edad como para decir que tengo una carrera, y espero que siga avanzando y me lleve en múltiples direcciones. El camino creativo está lleno de desviaciones, no es una línea recta. Si uno decide poner el aplauso como objetivo de la experiencia e ignorar lo que es el trabajo se está equivocando. Cuando tú haces una película, una obra de teatro, un libro, el modo en que el público la va a recibir está fuera de tu control por completo«.
«El premio de la Academia significa que lo que hago ha llegado a otra cultura y público diferentes«
Respecto a su colaboración con Pedro Almodóvar en Manual para mujeres de la limpieza -de la que será productora a través de su compañía Dirty Films-, esta ha supuesto «trabajar con una persona y una cultura de cine que a mí me ha interesado siempre y me permite entrar en el universo de Pedro«, revelando además que conociéndose desde hace 20 años «llevamos mucho tiempo hablando de trabajar de forma conjunta. Ahora hemos encontrado un proyecto que nos entusiasma a los dos. Hubo otro que no llegó a cuajar porque no era el momento adecuado, pero ahora lo es«.
“La clave de trabajar con él es que es un guionista excelente, un artista. Todo su cine, todo lo que ha creado tiene una influencia brutal. El guion que me ha planteado es único, yo no había visto algo así. Los relatos de Lucia Berlin se pueden representar cinematográficamente de maneras muy distintas, pero el punto de vista de Pedro hace que vayamos más allá, que profundicemos en conceptos que tienen que ver con la adicción a distintos niveles. Vamos a hablar de relaciones adictivas, pero también de la adicción a sustancias”, ha continuado relatando.
La actriz también ha querido destacar la función de los festivales y academias de cine a nivel social: «Tienen mucho más que nominados, alfombra roja y premios. Hay un trabajo de apoyo a la industria y son mentores en un proceso que tiene que mirar al presente y al futuro sin miedo. Nos encontramos con movimientos sociales como el Black Lives Matter o el Me Too que hay que entenderlos e incluirlos. Esa inclusividad tiene que adaptarse a todos los niveles. Si una academia no entiende estos conceptos y no mira al futuro acaba siendo irrelevante«.
Y consciente de la actualidad de la industria cultural, condicionada por la pandemia, ha querido dejar sus impresiones al respecto: «Todos hemos echado de menos ir a una sala de cine ya todo este tipo de eventos culturales que nos permite compartir experiencias con perfectos desconocidos. Lo hemos echado de menos en el cine, pero en el teatro todavía más«. Ello sin obviar una realidad, la del cambio de paradigma de consumo a consecuencia de las plataformas de streaming, que está afectando a la exhibición cinematográfica. «Tenía la esperanza, que todavía mantengo, de que una vez que saliéramos a la calle tuviéramos muchas ganas de reunirnos y lo hiciéramos en una sala de cine. No la pierdo«. Pero «hay que ser conscientes de lo que ha pasado: durante 18 meses hemos estado consumiendo en plataformas. (…) Las obras se deberían ver tal y como se han planteado. Cuando hablamos de creatividad hablamos de grandes ideas, da igual el tamaño de las pantallas si las ideas son grandes«.
Fuente: Academia de Cine
Fotos: ©Germán Caballero
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