Tras su experiencia al frente del thriller de acción Jack Ryan: Operación Sombra (2013), Kenneth Branagh vuelve a un cine más “clásico” de la mano de Disney y reinterpreta –más en fondo que en forma– el cuento de La Cenicienta. Una historia afín a sus intereses como autor que le va a garantizar un nuevo éxito de taquilla y, quién sabe, si el inicio de una prometedora carrera para sus jóvenes protagonistas.
Pregunta: Uno de los aspectos que más destaca de la película es el diseño de vestuario, ¿cómo ha sido el trabajo con Sandy Powell? ¿Te involucras mucho en la elección del vestuario para definir a los personajes?
Respuesta: Mucho. Sandy Powell es una gran profesional que quiere trabajar para y por su realizador, siempre. Así que ella quería la máxima información posible de mí sobre los personajes. También hablaba con los actores, las actrices, para ver cómo eran y saber qué es lo que podía usar. Me enseñó muchos trabajos de investigación sobre el siglo XVIII y XIX y también me traía fotos y reportajes de Vogue, así que las influencias tenían un toque de “fusión”. Ella tiene una increíble ética de trabajo. Era la primera que llegaba al trabajo, casi. Yo llegaba siempre un poco antes y me iba justo después de ella (ríe). También es muy cuidadosa con los detalles. Hizo cientos de bocetos hasta que se llegó a probar la ropa. Los actores decían que les aterrorizaba tener que ponerse los trajes pero a todos les encantaría ser el dueño de uno.
P: La secuencia del baile es una de las más vistosas, ¿fue muy complicada de rodar?
R: Sí, por logística. Por la cantidad de personas, la cantidad de trajes, la cantidad de corsets, la cantidad de pantalones ajustados de hombre, los siete equipos de cámara, la música, el baile, la coreografía…
P: A diferencia de lo que suele ser la norma en las adaptaciones contemporáneas, esta es una versión bastante clásica del cuento de La Cenicienta. ¿Tuviste la tentación de añadir algún elemento distinto?
R: No (ríe). Cuando me senté con los productores después de haber leído el guión y ellos me dijeron: “Esta es nuestra gran idea de Cenicienta”, yo decidí quitarme de en medio. Esa fue mi idea. Yo creía en el mensaje de “se bondadoso y ten valor”. Así que dejé que ellos hicieran su trabajo y yo me limité a dirigir.
P: Sin embargo, a nivel de creación de personajes sí que se aprecían matices muy diferenciadores con la adaptación animada, especialmente en el personaje de Lily James. ¿Cómo definirías a esta Cenicienta?
R: En la película nosotros decidimos no hacer una princesa víctima, pasiva, que tiene que esperar al príncipe. Decidimos hacer una princesa de gran fuerza interior, una cualidad espiritual. muy especial. Para lograrlo enseñamos cómo se forma su carácter viendo la relación con sus padres, mostrando su infancia… Como adulta nos la encontramos leyendo un libro, lo que significa que tiene una mentalidad curiosa. Damos a entender que ella está interesada en conocer a cualquier persona con la que tener una relación antes de decidir si quiere casarse con ella. Ella quiere tener un amigo, no participar en una carrera por el matrimonio. Ella era feliz sin el príncipe y podría ser feliz de nuevo. Ella hace la elección de quedarse en la casa para honrar a su padre y su madre pero también para intentar entender por qué la someten a esa situación. Tiene una gran fuerza de espíritu. Es una mujer que se conoce a sí misma y sabe cómo llevar la situación, para la que la frase de “ten valor y se generosa” es una muestra de fortaleza, no de debilidad.
P: Thor, Frankenstein, Hamlet… La presencia de figura paterna –ya sea de forma literal o a través de su recuerdo como en Cenicienta– es muy importante a lo largo de tu filmografía…
R: … Es todo muy sencillo porque yo quiero a mi padre (ríe). He tenido una relación muy sencilla con mi padre. Yo le adoro. Puede que por eso cuando tengo la ocasión es mi forma de darle las gracias. Una forma un poco extraña… Incluso en Cenicienta. A lo mejor lo más sencillo para la próxima es que haga una adaptación de la novela Padres e hijos (ríe).
P: ¿Cómo llegó a ser Cate Blanchett La Madrastra de Cenicienta?
R: Ella ya formaba parte del proyecto antes de que yo llegase y fue la razón por la que quise hacer Cenicienta. Pensé que si ella interpretaba al personaje de La Madrastra entenderíamos perfectamente por qué el padre de Cenicienta decide casarse con ella. Es Cate Blanchett, ¿quién no querría casarse con ella? Ella saca la villanía del personaje pero también muestra el sufrimiento sin dar muestra de pena. Es una actriz muy completa y lo hace perfectamente.
P: Últimamente te hemos visto detrás de proyectos con un fuerte componente fantástico como Thor o esta Cenicienta, ¿cómo te has enfrentado a este tipo de films?
R: En ambos casos lo más difícil fue encontrar el tono que permitiera la coexistencia de una realidad humana en mitad de una película de mundos mágicos o fantásticos. Así que en una hay que hacer creíble que una familia cruce montando a caballo el universo a través de puentes de arcoíris y en esta, hacer creer que Cenicienta no está interpretada por una santa, o un personaje de cuentos de hadas. Es como estar enjaulado tratando de encontrar la línea adecuada para crear el tono. Es emocionante.
P: Y para finalizar, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
R: Mis planes son volver un poco al teatro. Uno de los proyectos es Romeo y Julieta con Lilly James y Richard Madden como los amantes. Estoy muy emocionado de dirigir la obra. Y probablemente haré alguna obra más de Shakespeare.
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