«¿Puedo sugerirte que hables con alguien que estuvo allí?«
No tenía ni idea de qué es lo que ocurría con Donny Cates hasta que me he dado un paseo por internet en busca de respuestas. Y es que no sólo ha desaparecido y ha dejado sus dos series en Marvel (Panini las ha pasado a bimestrales por sui acaso en nuestro país), sino que, además, ahora que vuelve una de ellas lo hace con otra guionista al frente y con la vaga promesa de un regreso de Cates que no llega nunca a concretarse. Leo en la red que el guionista se ha tomado un año sabático alejado de todo en general y de los cómics en particular. Intuyo que ha llegado un momento en el que estar a la vez al frente de un Hulk que venía de estar en manos de Al Ewing y de un Thor que venía de triunfar con Jason Aaron se le ha hecho demasiado cuesta arriba. Ya sea por el peso de las expectativas o por lo complicado que es hacer siempre algo más grande, más peligroso y más sensacional que lo anterior que uno haya escrito. Cuando esto pasa, es normal poner un poco de tierra de por medio. Por salud y para no perder el gusto por lo que nos da de comer.
El problema ha estado en que Marvel no ha sabido maniobrar del todo bien. La editorial ha decidido esperar todo lo humanamente posible hasta tirar la toalla con la baja del guionista de estas dos cabeceras. Esto, que podría decirse que les honra (aunque sé de buena tinta que cualquier empresa prefiere esperar lo que haga falta antes de buscar a un reemplazo para un trabajador de baja) juega en su contra cuando el lector comienza a desengancharse de las series por su ausencia en el kiosko. Y peor va la cosa cuando más tarde se encuentra que ha habido un cambio inesperado al frente de alguna de ellas. Y, ojo, no es que Torunn Grønbekk lo haga mal (para nada, de hecho la guionista acierta a mantener bastante del estilo y del alma del cómic con su anterior guionista), pero las ausencias y el posterior baile hacen que los lectores nos pensemos muy mucho si nos merece la pena seguir invirtiendo tiempo y dinero en esta grapa.
«Todo lo que ocurre ya ha ocurrido«
Más aún cuando para comprender del todo lo que está ocurriendo en la cada vez más larga etapa de Grønbekk hace falta saltar a otra miniserie (Thanos: Death Notes). Aterrizo en esta búsqueda de la nueva hermana de Thor sin tener muy claro ni quién es ella, ni para qué la necesita Corvus Glaive ni quién es o de dónde ha salido la nueva aliada del Dios del Trueno. Demasiados datos que me importan más bien poco, como la llegada de un nuevo contendiente al final de Thor #30 (#137). Todo sigue pareciendo muy melodramático, pero no logro encontrarle ni un atisbo de trascendencia.
Reflexionando sobre ello me doy cuenta de que Grønbekk se ha dedicado a calcar el estilo de Cates y a continuar un poco con su historia tratando de no romper nada por el camino. Esto significa que no hay crecimiento de los personajes en estos cómics. Cates había iniciado, por fin, una curiosa relación entre Thor y Odín que en estas dos grapas apenas se explora y que queda en el aire para el próximo equipo creativo al frente de esta colección. Personalmente, yo esperaba bastante más de esto y un poquito menos de hachazos a no muertos y ahora cada vexz tengo menos claro que quiera seguir leyendo sobre este personaje.
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