«¡Esta gente necesita que seamos héroes!«

Dos números más para cerrar el arco argumental que ha unido los caminos de Hulk con el Motorista Fantasma que la Casa de las Ideas le ha prestado a Phillip Kennedy Johnson (es tan cantoso el tema que podéis probar a meter a cualquier otro de los personajes que han encarnado al Espíritu de la Venganza y, excepto una escena, todo tendrá el mismo sentido). Pero no merece la pena hacer leña de este árbol porque lo cierto es que esta etapa del goliat esmeralda poco espacio deja para la crítica. Tras la estupenda colección del Inmortal Hulk y la etapa fallida de Donny Cates, la verdad es que Marvel ha logrado dar con la tecla para que el personaje vuelva a resurgir. Johnson ha logrado regresar al Hulk más clásico (el que lucha contra otros monstruos mientras se esconde del resto de la sociedad) sin dejar de lado al personaje terrorífico y molón que puso en órbita al bueno de Al Ewing.

Y lo cierto es que tiene mérito, porque Hulk ha pasado de ser una lectura que nos dejábamos para el final a una de las de Panini que primero caen mes tras mes. Sus arcos cortos y disfrutones, su paseo por la América profunda y, por qué no decirlo, el maravilloso trabajo como ilustrador que está haciendo Nic Klein son anzuelos irresistibles tanto para los que llevamos ya un tiempo siguiéndole la pista a este personaje a medio camino entre el héroe y el villano (cuesta ahora verle en los Vengadores, la verdad) como para los neófitos, que se encuentran con un cómic muy cercano al terror cuando lo que pensaban que se iban a encontrar es un tebeo de superhéroes con capa y músculos dentro de los músculos.

«Dispárame otra vez… y estar muerto no te salvará«

Volviendo a la trama que nos ocupa hoy, Johnson lanza a Hulk y compañía contra otro terror primigenio de los que están últimamente pululando por el mundo y que llaman a nuestro protagonista por el epíteto de Hijo Separado. Johnson está cocinando a fuego muy lento una trama que terminará por explotar de la única forma en que uno se imagina que algo aparezca en esta serie: violentamente y con multitud de desmembramientos no del todo necesarios. Por el camino, los lectores estamos disfrutando de un cómic que exige muy poco del lector y que, a cambio, ofrece toneladas de adrenalina y diversión, bien especiadas con monstruos que parecen sacados de las pesadillas de un fan de Lovecraft.

El Increíble Hulk #7 (#137)… flipante el trabajo de Klein

Termina esta saga como están terminando todas últimamente, pero hay un mensaje que el Motorista le da a Hulk antes de partir que nos deja pensativos. Charlie es el punto débil de Hulk y van a utilizarla para llegar hasta él, pero lejos de pedirle que la abandone, el Motorista le conmina a protegerla. Quizás, y sólo quizás, porque sea esta chica el único ancla que le queda a nuestro monstruo favorito con la humanidad relegado como está su nexo con Bruce Banner a algo casi anecdótico. Hulk está completamente al volante pero, ¿quién evitará que nuestro protagonista conduzca en línea recta hacia el precipicio?