«Esas tumbas no le importan a nadie«

En cualquier ruta por los Estados Unidos más profundos, llenos de secretos y de rituales perdidos hay una parada imprescindible que todo autor que se precie termina haciendo. Y es que Nueva Orleans, incluso tras el paso del huracán Katrina y su casi total destrucción (la población de la ciudad bajó a la mitad en un año y no han llegado a recuperarse del todo desde entonces), sigue siendo un icono de la cultura criolla y del vudú, de las juergas nocturnas por el barrio francés y de los oscuros secretos en sus callejones. Y si todo autor de terror que se precie ha hecho pasar a sus personajes por esta ciudad al sureste de Luisiana, Phillip Kennedy Johnson no podía ser menos en el tour del horro doméstico que se está marcando el guionista de la actual etapa de Hulk en la Casa de las Ideas.

En los números de Panini que nos ocupan hoy vemos al pobre y castigado Bruce Banner de esta etapa llegando a la ciudad acompañado por Charlie, la adolescente que llegó casi por casualidad a la vida de nuestro protagonista y que se ha convertido en una parte fundamental de la colección con este autor al frente. Tanto que, en este nuevo arco argumental, vuelve a convertirse en la víctima a rescatar por el monstruo que da título a la colección de las garras de un ser sobrenatural y ligado a las leyendas victorianas que, en medio del resurgir monstruoso de los Estados Unidos que nos está presentando el guionista, se erige como la principal amenaza de esta nueva saga.

«Dos agentes uniformados atraparon a quien parecía ser… una anciana. Deshaciéndose de un cadáver«

El Hulk de Johnson se ha convertido en la historia de un viaje a ninguna parte del que no podemos aburrirnos porque sabemos bien cuál es el destino (se presupone que un enfrentamiento final contra la Primogénita y su horda de monstruos) y porque la travesía está siendo de lo más entretenida. Las transformaciones cada vez más horrendas (un auténtico regalo para el artista al que le toque acompañar a Johnson cada mes), el tono oscuro, la cotidianidad de muchas de las escenas que marcan el comienzo de cada historia y los sórdido del comportamiento del resto de monstruos y demás seres son ganchos inevitables para los lectores que nos enganchamos al terror del Hulk de Al Ewing y que echábamos de menos a un goliat esmeralda enfadado con el mundo (y con su alter ego) y con una misión algo más clara que la que nos planteó el pobre de Donny Cates.

El Increíble Hulk #10 (#140)

La trama, que promete complicarse aún más a partir del número que viene, nos muestra que, lejos de ser una serie de una temporada, El Increíble Hulk de Phillip Kennedy Johnson se ha convertido en una más que digna aportación a la historia del monstruo de piel verde y es uno de los primeros cómics que se leen en la redacción de esta revista cada mes. Al igual que decíamos al principio con Nueva Orleans, la actual etapa de Hulk se ha convertido en un imprescindible de la compra de cómics de cada mes.