Panini Cómics, como viene siendo habitual en la colección, nos ha presentado una entrega doble de la serie “superior” de Spiderman. Doble capítulo de Dan Slott y Mark Bagley y nueva ración de la extravagante alianza entre Peter y su autodenominado mayor enemigo (esto es muy subietivo) Otto Octavius.

“Tienes razón. Pero no estoy solo en esto”

Seguimos con el inesperado dúo colaborando y discutiendo entre sí al tiempo que pretenden detener a Supernova, enemiga del Otto arácnido introducida mediante continuidad al inicio de esta nueva iteración de la serie. Una villana resentida por un Superior Spiderman que la condujo a la tragedia. Por muy genio que crea ser, alguien debería darle unas clases de prevención de riesgos a Otto. Igual iría más lento en sus descubrimientos e invenciones, pero serían siempre mucho más seguras y, a largo plazo, más beneficiosas y útiles. Pero entonces no podría ser un súper villano. ¡Ay! No se puede tener todo.

En fin. Lo que nos plantea este tercer número es, primero, un ataque desesperado del Doctor Octopus para volver a ser la versión superior de sí mismo. El cliffhanger con el que se despedía la anterior entrega tiene en estas páginas su extenso desarrollo. Esto, además de para remarcar el mal fondo del villano (hasta cuando sus intenciones parecen nobles surgen de un fondo hostil y egoísta) y señalar una de las consecuencias del último envite multiversal de nuestro héroe (¿se atreverá alguien a usar esta oportunidad para hacer que Peter supere de una vez el drama del tío Ben?), sirve también para poner al día a todo el mundo.

¿Cómo? Haciendo revivir a los personajes parte de los hitos de su trayectoria en común. Eso, unido a la verborrea de Otto que lo cuenta absolutamente todo (desde su personal perspectiva, eso sí), hace que terminada la primera mitad de la grapa más que menos todos estemos al día de las vicisitudes de ser un Spiderman Superior.

Con la información como poder, Dan Slott se libera y da el enésimo giro de tuerca de la montaña rusa que esta siendo esta serie para, ahora parece que sí, hacer combatir a Spiderman y Octopus. Y sería genial… si no pareciera todo un refrito. Ese es el problema de fondo que arrastra la serie. El guionista acude a historias y situaciones ya tratadas por él mismo y se limita a remozarlas para darle otra apariencia. Pero en el fondo no deja de ser un más de lo mismo. Sí, hay un Spiderboy por aquí, una Supvernova por allá, juguetes nuevos pero poca invención. No hay un verdadero ánimo de proponer aventuras que generen un impacto y lo que trasciende es la intencionalidad lúdica de los autores, que se toman la serie como un divertimento. ¡Ojo! Para nada está mal, la lectura se disfruta mucho. Pero una vez reposada, nos aporta más bien poco. Y conociendo las capacidades de Slott, pues sabe a poco.