Pues sí que andábamos perdidos. Lo que apuntaba (o eso nos imaginábamos) a serie de largo recorrido, se ha quedado en un suspiro. Con este Spiderman #6 Panini Cómics se despide de la serie con la que Dan Slott volvía al entorno arácnido. Eso sí, en solo seis entregas le ha dado tiempo a desarrollar una nueva entrega de su saga Universo Spiderman y de presentar al particular Robin de nuestro trepamuros.
«¿Matallonario ha puesto precio a mi cabeza?«
Pero como apuntamos en el título del post, este fin de fiesta tiene truco. Cierra la cabecera, no así la nueva andadura de Slott al frente de Spiderman. Tras este Spiderman #6 la cabecera mutará en Spider-Boy, y el propio Slott conducirá una segunda serie: Spiderman Superior. Grandes planes que relativizan la decepción que supone el final de la serie.
Este último número tiene puesto el foco en dos circunstancias. La primera, y más evidente, es la de dar carpetazo a la trama de Electro y el sentido arácnido desatado de Spidey. Con ayuda de Norman Osborn y de Spider-Boy, Peter salva la papeleta, pero a decir verdad no nos encontramos ante un argumento demasiado inspirado. Es decir, resulta entretenido -Slott sabe tirar de oficio-, pero si no fuera por la variable Spider-Boy, sería una aventura sin mayor interés. Carne de relleno entre grandes sagas.
Y en el fondo es lo que es, porque su función es la de preparar el terreno para abordar la segunda circunstancias: la aparición del inesperado sidekick arácnido.
Spiderman #6 es importante porque es la grapa en la que descubrimos la identidad de Spider-Boy y se nos explican sus orígenes. El ejercicio de retrocontinuidad puede ser más o menos compartido por los fans del personaje, pero nuevamente Slott demuestra tener muy clara la idiosincrasia del personaje para saber cómo introducir un elemento tan radical y que cerrado el número, tanto Spidey como nosotros digamos: vale, te lo compro.
Está claro, eso sí, que los prejuicios de parte del fandom no van a desaparecer y que Dan Slott va a tener que trabajar mucho los guiones para que el jovencísimo ayudante arácnido (que no es ni siquiera un adolescente, solo cuenta con 10 años) llegue a calar y no se diluya como tantos otros antes que él. El ejemplo más cercano -también Slott mediante- lo tenemos en Alfa, que apenas contó con tres apariciones en la serie regular del trepamuros y una miniserie.
Quizás por ello (esto son puras especulaciones) el guionista juega también con la baza de Spiderman Superior. Si la serie de la pequeña araña falla, aún mantendrá un espacio para jugar con la franquicia. Estaremos expectantes.
Deja un comentario: