Dan Slott y Mark Bagley (con la siempre inestimable colaboración de Christos Gage) siguen dándole vueltas a la forzada colaboración entre Otto Octavius y Peter Parker en un relato que busca sorprender a base de retorcer algunos de los conceptos que habíamos visto en la iteración original de Spiderman Superior.
«¿Te puedo hacer una pregunta en serio?«
La colección publicada por Panini Cómics vive más de golpes de efecto que de su argumento en sí, poco inspirado para las expectativas que siempre suele provocar Slott cuando se viste de araña. Igual es por la fecha de caducidad de la colección (según leemos en el Spot On de Julián Clemente, el próximo será el último número), pero lo cierto es que el emocionante planteamiento inicial (el Fin de Universo Spiderman) ha derivado en unas aventuras que resisten por el nombre de sus creadores.
Es una alegría volver a ver a personajes como Anna Maria, uno de los grandes hallazgos del guionista en la última fase de su larga etapa arácnida, pero creaciones como Spider-Boy o Supernova no tienen pinta de sobrevivir sin el cobijo de sus creadores. Aunque como con todo, tiempo habrá para corroborar estas impresiones o para llevarnos la grata sorpresa de que reciben el impulso de otros equipos creativos.
De momento lo que nos atiene es la resolución de la amenaza que suponía Supernova para nuestros protagonistas y para toda Nueva York. Aunque se trata de una resolución en falso, puesto que en paralelo se ha ido preparando el gran asalto final con un inesperado giro, de nuevo jugando con los conceptos originales que dieron lugar a Spiderman Superior. Y el giro de tuerca que plantean Slott y Bagley es tan rocambolesco que resulta hasta divertido; pero insistimos en la idea de base: mucho ruido y pocas nueces.
Al margen de hallazgos o escenas puntuales, la historia no termina de brillar como se le presupondría. Puede ser porque de tanto dar vueltas han quemado la premisa del Spiderman Superior, llevándola a una deriva cada vez más disparatada pero, intentando mantener cierta seriedad discursiva que ya no casa. Y aquí es donde aludo al título del artículo. Uno de los aciertos de la saga Fast & Furious fue que a medida que sus tramas se iban enrevesando y perdiendo el contacto con la realidad, todo en las películas abrazó el salto al vacío, adecuando tono y personajes a unas historias cada vez más extravagantes y demenciales. Eso es lo que ha fallado en este Spiderman Superior, tono y trama no han ido de la mano.
Veremos si el capítulo final de esta andadura reafirma o contradice nuestras opiniones actuales.
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