Abordamos la quinta entrega de Spiderman, serie con la que Dan Slott (junto a Mark Bagley) vuelve a la vida de Peter Parker y que Panini Cómics edita en formato grapa. Una quinta entrega que supone un «nuevo comienzo» para nuestro protagonista, que viene de un arco argumental inaugural que funcionaba más bien como evento o como culminación -momentánea- de la saga arácnida multiversal que lleva narrándonos desde 2014 (2015 en España).
«Vale, no ha sido mi mejor frase. Lo siento, se me están acabando«
Hablamos de nuevo comienzo precisamente en el sentido de que es en este quinto número en el que empieza la serie en sí, con Spidey luchando con los villanos de turno mientras lidia con sus circunstancias personales y laborales. Es decir, es en esta entrega en la que la serie puede empezar a desarrollarse sin atender a objetivos o ambiciones más elevadas como las que se les presuponen a los eventos y crossovers de turno. Así, a partir de ahora Spiderman vendría a funcionar como el resto de series satélites con las que ha contado El Asombroso Spiderman a lo largo de su trayectoria; pero una serie satélite, insistimos, ¡con Dan Slott! Sí, ya sabéis que aquí nos encanta el trabajo que siempre ha hecho el californiano con el trepamuros.
Momento fan al margen, lo cierto es que ya desde el principio apunta maneras el nuevo arco con Peter buscando soluciones a problemas que no existen y liándola por el camino. Es lo que tiene la suerte Parker. No porque pinten bastos (que también), sino porque intenta abarcar más de lo que humanamente puede y empeora las cosas. ¿Y qué sucede en estas situaciones? Exacto. Llega un villano y echa más picante al plato. En este caso llega uno de los favoritos de Slott, Electro. En el pasado le ha hecho más de una perrería (Julián Clemente se encarga de recordárnoslas en el Spot On de cierre), así pues, ¿qué le tendrá reservado en esta ocasión?
Para liar más las cosas -y para alejarse de lugares comunes ya recorridos- Slott y Bagley subrayan las variables Spider-Boy, Norman Osborn… y Jonah Jameson, a quien últimamente veníamos echando de menos. Este «arranque» de serie es electrizante (y nunca mejor dicho).
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