«Aunque camine por el valle de las sombras no tendré miedo…«

Regresa Nic Klein a la colección del goliat espmeralda y regresan con él las transformaciones de Bruce Banner en Hulk más aterradoras que hayamos visto en bastante tiempo. A la vez, Phillip Kennedy Johnson sigue paseando a los protagonistas de esta suerte de road-movie de terror por los rincones más aislados y tenebrosos de los Estados Unidos de América. Entre los dos nos brindan un capítulo más (y van seis) del regreso de Hulk al género del terror que tan bien le funcionase a Al Ewing y que Johnson está llevando por una vertiente mucho más sórdida y oscura… para beneficio de una colección que -sinceramente- sigo viendo como algo que tiene que quedarse en una pequeña joya de un año o año y pico de duración, lo justo para que Marvel (y Panini unos meses después) pueda poner en nuestras estanterías un bonito tomo con la interesantísima etapa que se está marcando este autor.

Se plantan Banner y Charlie en los desérticos páramos de Texas (qué cercanos se me antojan ahora que me he mudado a La Mancha…) y se encuentran con una comunidad de inmigrantes hispanos sobre la que pende una amenaza monstruosa a la que se está enfrentando un Ghost Rider del que no teníamos noticias hasta la fecha. Me huele a que Johnson necesitaba del concurso de alguno de los tres actuales pilotos en nómina de la Casa de las Ideas y que la editorial no se ha atrevido a cederle a ninguno (Johnny Blaze y Danny Ketch están algo liados en la serie de Benjamin Percy y el bueno de Robbie Reyes necesita un descanso tras la etapa en los Vengadores de Jason Aaron), así que le han permitido ser algo más creativo y sacarse de la chistera un nuevo espíritu de la venganza hecho a la medida de la historia que nos pretende contar el guionista entre éste y los dos próximos números de la colección.

«Es como un ángel. Pero chungo«

Para poco más da este número, que básicamente nos presenta el escenario donde va a tener lugar el siguiente acto de esta historia y a algunos de sus principales personajes involucrados. Poca trama y un buen puñado de imágenes inquietantes para que los lectores vayamos haciendo estómago para lo que está por venir. Johnson está cocinando la historia principal que mueve su etapa a fuego lento, de modo que los lectores podamos disfrutar tanto de lo que termine contándonos a modo global como de estas pequeñas historias de terror en las que cae el piel verde en su viaje de ira hacia su otro yo y hacia el mundo en general.

El Increíble Hulk #6 (#136)

Me quedo con la duda final de qué rasgo de la personalidad de Bruce Banner estamos explorando en esta etapa. Tenemos a un monstruo que está a medio camino entre el Hulk ‘demonio’ que nos presentara Ewing y el violento bárbaro de Greg Pak en su Planet Hulk. Me da en la nariz que este tema no es tan importante para Johnson, que simplemente quiere al goliat esmeralda como parte de un todo más grande en el que puede que al final Charlie sea la única protagonista humana, una suerte de narrador aterrado de los sucesos que se mueven en las sombras de una de las naciones más grandes y con mayor mezcla de culturas del mundo.