«Si alguna vez ha habido necesidad de tus engaños ha sido ésta«
Algo pasa con Donny Cates. Sus series (ésta y la de Hulk sobre todo) están acumulando retrasos y parones en su publicación que, en el futuro, van a terminar con entradas de terceros en los guiones de unas colecciones que parecían diseñadas a su medida. Lo cierto, de lo que nos enteramos buceando en la red, es que en unos meses deberemos despedirnos de Cates en las dos cabeceras (se toma un año sabático del mundo de los cómics al parecer) y esto nos hace pensar en las razones detrás de su salto de la serie de Veneno a las cabeceras que llevaron en su día Jason Aaron y Al Ewing (quien, por cierto, coescribe el arco argumental que cerramos hoy). ¿Estaba Cates aburrido de Veneno, le propusieron el cambio y ha descubierto que su hastío es del mundo del cómic mainstream en general? ¿O ha sido su cada vez más cimentada fama lo que le ha terminado sobrepasando en el momento en el que han caído en sus manos pesos tan pesados como lo pueden ser Hulk y el Dios del Trueno?
Sea como fuere, Thor se resiente de su publicación bimensual y nos cuesta horrores entrar en la historia de esta grapa. Thor se estaba pegando con… alguien pringoso que… No me queda claro, pero venga, vale, para adelante con todo. El cruce con Veneno le sirve al guionista para introducir algo más de caos en la vida de Thor tras su aceptación del trono de Asgard y tras la muerte de Odín (ahora contenido en su martillo). Pero con tanto parón (y con la noticia de que la trama final de esta etapa comenzará en el próximo número) voy viendo que lo de Mjolnir puede quedar en agua de borrajas, lo del simbionte en una anécdota y el reinado de este superhéroe en un mal chiste para contar en las tabernas nórdicas.
«Cada gota contiene visiones. Cada gota contiene mitos«
En el número de este mes vemos multitud de detalles que deberían tener una continuidad, pero que no la tienen asegurada. Y eso se traduce en un cada vez menor interés por lo que le suceda al protagonista de esta cabecera que publica Panini en España. Me da pena, porque la serie ha tenido muy buenos momentos (seguidos de otros… no tan buenos), pero estamos leyendo a un guionista que, por las razones que sea, ya no está comprometido con el proyecto. Y esto se nota a todos los niveles por más que Marvel nos obsequie con nuevas versiones de Veneno o con detalles que nos lleven de cabeza a la última locura argumental del bueno de Ewing.
Y mira que me mola casi todo, desde el dibujo hasta la manera en que la historia se entrelaza con los mitos (servidor se está jugando ahora el último de los Assassin’s Creed y las referencias no pueden ser obviadas), pero es que se hace muy cuesta arriba leer algo que va perdiendo poco a poco el alma con la que le dotó su autor desde su primera entrega. En este punto sólo me queda ver cómo resolverá la Casa de las Ideas esta circunstancia y esperar que cuando vuelva Cates lo haga con las fuerzas y los ánimos renovados.
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