Aprovechando el estreno de la tercera parte de la saga Crepúsculo: Eclipse, Eel director David Slade ha venido a Madrid en compañía de dos nuevos actores que se suben al carro de la saga vampírica para completar la mitología, Xavier Samuel y Ashley Green.

Slade, quien ya demostró su talento con la impactante Hard Candy, habló de su responsabilidad con los fans de los libros a la hora de adaptar esta tercera entrega. No renuncia, sin embargo, al «desarrollo y la libertad de crear los personajes de la película» ya que, aunque mantiene muchos aspectos del libro, mantiene que «los libros no son iguales que las películas«. El libro es «más violento que la película«, pero aún así «quería captar esa violencia y ese peligro de los personajes» y hacerlo palpable en la película. Es consciente de que está llevando a la pantalla «los sueños de mucha gente«, pero como director debe centrarse en la película con la esperanza de que las referencias y la fidelidad «sea suficiente» para poder desarrollar su propio mundo en el film.

Por su parte, Ashley Green ve con suerte que la hayan escogido para el papel y el apoyo de los fans que, aunque «existe una presión» por su interpretación, la hacen sentir cómoda. Para Samuel también ha sido una sorpresa y siente «una responsabilidad con los fans del libro y las películas«. Para él «ha sido muy divertido interpretar al malo» que, aunque sea un villano de cine es un personaje complejo, que le permite desarrollar su actuación. Green también hablo de su relación con el personaje de su compañero de reparto, hablando de ese interés que despierta «el chico malo con un lado sensible» que encuentra en el personaje de Samuel.

Si la relación entre estos actores es buena, no lo fue menos con el resto del equipo. Samuel, sabiendo que hace de malo y siendo un miembro nuevo del equipo «temía que hubiera problemas«, pero todos le acogieron como una familia. Ese mismo aspecto destaca Green que sólo echó de menos rodar con los hombres lobo, que están hechos digitalmente y debían imaginarlos al rodar. Slade habló en concreto del miembro español del equipo, Javier Aguirresarobe, con el que trabajó encantado. Destacó su actitud alegre, destacando que era «el miembro del equipo que más sonreía«. En el terreno profesional, afirmó haber aprendido mucho con Javier.

Todos agradecieron esa buena relación del equipo cuando hablaron de los problemas del rodaje, entre los cuales el principal era el tiempo. Para Green, el tiempo fue lo más duro ya que hubo muchos cambios climatológicos y debían adaptarse. Slade no dudó en respaldar a la actriz y afirmar que el principal problema era que buscaban momentos sin sol, todo lo contrario a lo que se buscan en la mayoría de rodajes. Además, cuando no había sol, casi siempre llovía y las cámaras se atascaban. Para Xavier Samuel el principal problema eran «las escenas de acción, aunque también fueron las más divertidas de rodar«. Pero tener que imaginar a los hombres lobo fue lo más complicado para él y para Ashley Green, que hablaron de lo difícil que es luchar con especialistas y fingir que delante de ellos hay hombres lobo.

Foto: Pablo Orihuel