Brian Michael Bendis dejó el listón muy alto con sus Guardianes. Y el éxito de las películas dirigidas por James Gunn no hacía sino poner un poco más de presión sobre el sustituto. Unos personajes con tirón y un buen puñado de buenas historias como antecedente. Gerry Duggan no lo tenía fácil, pero sabemos que los retos le ponen a 100.

«Me alegra ver que tu escaso sentido del humor sigue intacto«

Panini Cómics arranca la recopilación de la etapa del guionista neoyorkino dentro de su línea Marvel Now! Deluxe, en lo que vendría a ser una secuela más o menos directa de las aventuras narradas por el citado Bendis. En cierto modo, la aventura de Duggan es un «volver a empezar»; pero las secuelas tanto de las Secret Wars, como de la lucha contra Thanos en la Tierra siguen presentes en el telón de fondo.

El autor busca un equilibrio entre el espíritu continuista de la anterior etapa, una caracterización más cercana a la versión cinematográfica del momento (tenemos a un mini Groot, un Drax alérgico al lenguaje figurado y a unos Quill y Gamora encaminados a quién sabe dónde), y sus propias ambiciones; que pasan por enfrentar a nuestros héroes a un renovado Cuerpo Nova y a la Fraternidad de las Aves Rapaces de los Shi’ar, así como llevarlos a una peligrosísima búsqueda de las gemas del infinito, que implica incluso a algunos primigenios del universo.

Si el listón ya estaba alto sobre el papel, Duggan se viene arriba decide ir con todo desde el principio con un relato que en este primer tomo se presenta sumamente divertido, con un ritmo frenético y unos planteamientos tan originales y alocados como solo pueden darnos los Guardianes de la Galaxia.

Respecto a la edición de Panini Cómics, por el camino se pierde el Annual de la serie vinculado a Imperio Secreto, pero ganamos el material publicado en el contexto del Free Comic Book Day. ¿Y esto por qué? Por la estructura elegida para presentar la aventura. En origen, la historia principal se intercalaba con historias autoconclusivas que profundizaban en el contexto de los personajes. El calendario editorial y el ritmo de trabajo de Aaron Kuder obligaron a Duggan a estructurar su etapa de esa forma. Así, mientras las grapas intercalaban capítulos de la trama central con esos «complementos», en este volumen Panini junta todos los capítulos principales y deja para el final los relatos individuales. La estructura funciona, pero hace que algunas revelaciones nos lleguen más tarde de lo que el guionista tenía planificado. Esto lleva también a que el Annual perdido no tenga cabida en términos de unidad del relato que se nos narra.