«Los sueños son reales. Viven, respiran… y mueren«
Triste preludio del fin en este Patrulla-X #34 (#157): Caída de X. En los últimos meses hemos asistido a la traición final de Xavier, en un movimiento calculado para colocarse a sí mismo como gran enemigo de la humanidad (con ése doloroso ‘no más humanos’) mientras gana algo de tiempo para que sus alumnos puedan encontrar la manera con la que contrarrestar y derrotar a Nimrod en su plan de erradicar a la humanidad para poder estar más cerca de unirse al Dominio que se acerca a la Tierra. El sueño de Xavier va a morir con él y lo que salga después de esta amarga batalla será algo diferente a lo que nos tienen acostumbrados los mutantes desde hace décadas y que se había convertido en una de sus señas de identidad en las múltiples colecciones que trae mensualmente a España la gente de Panini.
Y a se nos narra al principio de esta grapa y Lobezno es el encargado de recordárnoslo cerca del final: el sueño de coexistencia pacífica entre mutantes y humanos era algo que siempre había ansiado el otrora líder de los hombres y mujeres X. Ahora, con su caída en desgracia (y ya veremos si muerte), el sueño muere y los que queden después de la guerra contra Orchis deberán decidir si lo resucitan y lo hacen evolucionar o si deciden perseguir nuevos y distintos objetivos a partir de ahora. Lo que nos llega desde América y lo que vemos al final de este serio (pese a la simpática carnicería con MODOK) número nos invita a pensar en la segunda de estas dos opciones , pero ya veremos hasta qué punto son capaces quienes vengan después de mantener el nuevo rumbo que se perfila para toda la galaxia mutante.
«Solo quiero ser digno de sus dos sacrificios«
Y es que ¿qué alternativas nos quedan a la coexistencia pacífica entre mutantes y humanos? Viendo a alguno de los líderes que van a salir de este trance me atrevería a suponer que algo bastante más agresivo y del estilo de «déjanos en paz o asume las consecuencias«, pero, de nuevo, me resulta complicado imaginar esta actitud en un arco argumental que pueda llegar a rivalizar con la duración de lo que ha venido en llamarse la Era de Krakoa. Sobre todo porque los mutantes, más allá de su condición genética, tienen a un buen número de héroes en sus filas y me cuesta ver a estos (muchos de ellos a veces incluso integrantes de los Vengadores) militando grupos de resistencia mutantes ante el opresor humano.
En cualquier caso, lo que viene tiene pinta de ser interesante y lo que se está cerrando ahora mismo lo está siendo aún más. La guerra de los mutantes contra Orchis, primero, y los robots sublevados a continuación contiene toda la épica que esperábamos de un arco final de cierre para una de las etapas más brillantes de esta parcela del universo marvelita. Quedarán, como creo que ya hemos avanzado desde eta revista muchas veces, multitud de aspectos por tratar como es debido y, al final, se nos han hecho cortos los breves momentos de reposo que nos permitían ahondar un poco más en el funcionamiento, las leyes y el día a día de la poderosa nación mutante de Krakoa.
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