«¿Tiene superpoderes y no encuentra la forma de ganarse la vida?«

Tercer y último tomo de la colección con la que Brian Michael Bendis se despidió de Jessica Jones en uno de los momentos en os que Marvel le exigía más y más a su creativo estrella. Nos cuenta Julián M. Clemente que el día que Bendis vuelva a Marvel lo hará para ocuparse de una nueva serie sobre este personaje y yo añadiría que lo hará a condición de que le dejen contar sus propias historias (sin que diez millones de crossovers vengan a mutilarlas) y le permitan escoger sus propios proyectos, que uno ya es una leyenda en la Casa de las Ideas y no puede pedir menos. Con todo, la historia de Jessica Jones hasta el momento quedaba contada por este álbum y sus aventuras comenzarían a correr en paralelo a las de los Nuevos Vengadores del propio Bendis, por lo que los fans no le perdimos la pista en ningún momento.

El drama periodístico de The Pulse, sin embargo, sí que habría seguido teniendo cuerda para rato, pero Marvel no quiso arriesgar con una serie sin su personaje estrella y la colección cerró con este volumen que recoge el nacimiento de la niña de Jessica y Luke Cage, los temores de ésta primera por lo que significa la maternidad y el matrimonio entre los dos héroes marvelitas (incluyendo su justificación, que hacía falta y resulta bastante interesante). Me da pena, porque desde entonces en la editorial norteamericana se han tocado temas muy potentes que igual habría estado bien poder seguir desde la orilla con la visión del periodista que habla sobre ellos, pero lo cierto es que The Pulse habló más obre el periodismo en sí mismo que sobre los grandes acontecimientos marvelitas del momento.

«Antes fuimos amigos, creo que por eso funcionó«

Y no nos podemos quejar, porque en el año y pico que estuvo la colección publicándose tuvimos tiempo de leer sobre la libertad de prensa, sobre la difícil situación que atraviesa el verdadero periodismo en la actualidad y, en este último número, sobre las pequeñas grandes noticias y sobre la integridad del periodista y del editor que queda por encima de él o ella. El primero de estos dos temas lo leemos al seguir a Phil Urich en la investigación de unos robos impedidos por un héroe olvidado (el Hombre D, que no sólo existe, sino que ha tenido una larga vida en la editorial) que, tras demasiado trastear con su cuerpo y tontear con las drogas que le dieron poder, ha perdido la cabeza y vaga por las alcantarillas de Nueva York. Hace aquí el guionista un llamamiento sobre la facilidad con la que olvidamos a nuestros héroes y los dejamos languidecer. El segundo tema significa la ruptura definitiva entre Jessica y el capullo de Jonah Jameson, empeñado en convertir el parto de nuestra protagonista en su más poderosa exclusiva, pero sin haber respetado en ningún momento a su empleada ni a su familia.

Jessica Jones – The Pulse #3: Miedo

Pero quizás lo más importante de este tomo se lea más allá de las peleas y los superpoderes. Comienza Jessica Jones – The Pulse #3: Miedo con un café entre Jessica, Ms. Marvel (antes de convertirse en Capitana) y Sue Richards en la que ésta última pone en palabras todos los miedos de Jessica acerca de la maternidad, alguno de ellos propios del mundo superheroico en el que ambas se desenvuelven y muchos otros comunes a casi todas las madres del mundo real. Nos habla la Mujer Invisible de los 4 Fantásticos acerca del miedo permanente de la madre hacia sus hijos y sobre el gran esfuerzo que exige la maternidad más allá de las tareas y responsabilidades que se puedan repartir en pareja. Y nos habla también de la gran satisfacción y la recompensa que supone saberse responsable de la felicidad de unos chavales que son sangre de tu sangre. Cierra el álbum, por último y como decía al principio de este artículo, con la boda entre Luke Cage y Jessica Jones que el primero justifica por la necesidad de dar a la hija de ambos toda la protección posible en un mundo que ya los va a etiquetar por su condición de Vengadores (bueno, sólo él), por su relación birracial y por la tendencia de ambos a no callarse ante lo que consideren una injusticia. Hace falta este discurso porque, de entre todas las parejas que ha arrojado el mundo de los héroes marvelitas, es la de estos dos personajes la que más casaba con el concepto de ‘pareja de hecho’. Para Jessica y Luke el matrimonio no es más que un papel que poder utilizar como último escudo. Su amor, construido a través del sufrimiento mutuo y de la sanación que han supuesto el uno para el otro, es mucho más fuerte que cualquier firma en la esquina de una hoja.