Panini Cómics despide, por segunda vez, a los Guardianes de la Galaxia de Brian Michael Bendis, esta vez dentro de la recopilación llevada a cabo a través de la línea Marvel Now! Deluxe. Sabíamos que este momento llegaría, pero no por ello es menos triste. Lo hemos pasado realmente bien con las aventuras dispuestas por el guionista norteamericano para el que suspuso gran relanzamiento de la colección (de la mano del estreno del filme de James Gunn); y Bendis puede estar bien orgulloso, pues ocho años después los Guardianes siguen andando el camino abierto por él, asentados como uno de los grupos más reconocibles y queridos de la factoría Marvel.
«¡Te sacaremos de ahí antes de que te enteres!«
El final de la etapa viene recogido en este ya quinto volumen de la colección (además del cruce con la Patrulla-X en El juicio de Jean Grey), pero para nada es tranquilo, pues nuestros aventureros espaciales tienen que hacer acto de presencia en el evento de turno, que en este caso es la discutida segunda guerra civil entre superhéroes, en concreto entre Iron Man (que repite) y Capitana Marvel. ¿Y cómo encajan Quill y los suyos en el conflicto terrano? Por obra y gracia de Thanos, apresado por los Vengadores y con quien los Guardianes, con Gamora a la cabeza, tienen cuentas pendientes.
Dispuesto el motivo, solo falta comprobar como se relacionan los personajes con La Tierra y sus gentes y aquí, las cosas como son, el invento no funciona como nos gustaría. La saga tiene grandes momentos, pero los mecanismos llevados a cabo para alargar la estancia en el planeta de los Guardianes resulta ciertamente artificiosa y forzada, lo que resiente la propia dinámica de la serie. Todo, además, condicionado por el final deseado por Bendis: la contienda entre sus Guardianes (casi todos ellos) y el Titán Loco.
Y es que a medida que avanzan las páginas se evidencian más los movimientos del guionistas por dejar las cosas tal y como estaban, de forma que quien recoja el testigo tenga las manos libres para hacer a su antojo. Un trabajo digno de un buen compañero, pero que juega en contra de su propia obra. Así, a grandes rasgos, la etapa terrícola de los Guardianes no aporta gran cosa. Recoloca a los miembros terranos del equipo en otros escenarios (caso de Ben Grimm, por ejemplo) y deja al resto fuera de su elemento… apareciendo, eso sí, algunos brotes verdes que redimen al guionista y nos enamoran. El capítulo dedicado a Groot es una auténtica maravilla. Emulando al Dr. Seuss, Bendis y Valerio Schiti crean una imaginativa y entrañable fábula que sin perder la identidad de la serie, adopta los modos de un cuento infantil capaz de arrancarnos una lagrimita de ternura.
Y al final del viaje, como hemos dicho, tenemos un duelo contra Thanos que recupera el brío perdido en los capítulos anteriores. Mucho humor, drama y acción en grandes cantidades que suponen un muy efectivo fin de fiesta. Alguna espinita nos queda de esta etapa, como la interrumpida relación entre Kitty Pryde y Peter Quill, pero en general ha sido un viaje de los que se recuerdan por mucho tiempo.
Deja un comentario: