¡Cómo nos gusta el trabajo de Brian Michael Bendis como patriarca mutante! Así que os podéis imaginar cuánto estamos disfrutando recuperando su trabajo dentro de la renovada línea Marvel Deluxe de Panini Cómics. Fuera el estrés de la espera mensual por nuestra ración de grapas, toca vivir las aventuras de los jóvenes mutantes en arcos argumentales completos.
Venimos del crossover endogámico que fue La batalla del átomo, con las diferentes formaciones mutantes yendo y volviendo del futuro a causa de la bomba de relojería que supone la presencia de los cinco originales en la época actual. Aquello supuso una reorganización del tablero de juego que ahora Bendis quiere explorar (y retorcer aún más) trasteando con otra de sus cabeceras: Guardianes de la Galaxia.
El juicio de Jean Grey nos propone, de una parte, la incorporación de otra integrante a esta «nueva» Patrulla-X tutelada por Kitty Pryde. Y de otra, un homenaje a las grandes sagas espaciales de la franquicia usando como excusa a Gamora, Peter Quill y compañía. La primera de las historias sirve para que Kitty y sus chicos se hagan a la dinámica de la Patrulla-X de Cíclope, al tiempo que les ofrece una visión diferente acerca del presente, de la importancia que tiene su misión en un mundo en el que el odio de algunos humanos supera sus peores pesadillas adolescentes. Bendis está acabando con la ingenuidad de los chicos a machetazos.
Si bien esta historia tiene algunos ingredientes de lo más apetecibles, como la presencia de un Magneto que en el tiempo de los Cinco Originales es su gran nemesis y aquí es un poderoso aliado, o la recuperación del fanatismo religioso que encarnara William Stryker como arma contra los mutantes, tiene tanta fuerza la saga espacial que sigue a continuación, que esta aventura no luce todo lo que debiera.
El juicio de Jean Grey, el relato que da título al tomo que nos ocupa, junta los destinos de la Patrulla-X y los Guardianes de la Galaxia por mediación del imperio Shi’ar. Esta raza alienígena tiene una relación cuanto menos difícil con la Fuerza Fénix, Jean Grey es (o será o ha sido, con tanto viaje en el tiempo…) la huésped de la misma y Quill y los suyos se han convertido en una suerte de protectores de La Tierra ante amenazas extraterrestres.
La disputa por Jean lleva a los dos grupos de superhéroes a unirse contra los Shi’ar. Bendis saca provecho no solo de las posibilidades que ofrece el entorno espacial para proponer ideas y conceptos que en otro contexto no tendrían cabida, sino que saca punta a su sentido del humor al juntar a dos equipos tan dispares entre sí. Esta aventura les sirve a los jóvenes mutantes para poner en perspectiva (todavía más) su responsabilidad frente a la construcción de un futuro mejor y refuerza la idea de Jean de luchar contra su destino (como veríamos más adelante en su serie en solitario).
Pero también deja una importante huella en el seno de los Guardianes y la Marvel cósmica, trayendo al foco de atención a los Saqueadores Estelares (capitaneados por el padre de Scott Summers) y plantando la semilla de lo que sería uno de los romances más molones del universo marvelita: Kitty Pryde y Peter Quill.
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