Tras el integral que concentró toda la etapa de Donny Cates al frente de Guardianes de la Galaxia (aunque su historia se ramificaría en otros títulos como Estela Plateada), Panini Cómics comienza la recopilación de la siguiente fase del grupo encabezado por Peter Quill y que tiene en Al Ewing a su principal arquitecto.
«Vamos a gritarle todos, ¿verdad?«
El autor, uno de los nombres más importantes del panorama marvelita de los últimos años, lleva adelante una historia tremendamente continuista con los acontecimientos narrados por Cates, pero también con algunas de las aventuras narradas por él mismo (hablamos, sobre todo, de Vengadores: Sin camino de vuelta). Estamos ante un inicio de etapa que si bien plantea un escenario que busca marcar distancias respecto a la anterior, argumentalmente se muestra deudora en los suficientes detalles como para no pasarla por alto. Ewing es un tipo al que le gusta hilar fino intentando que todo quede bien cohesionado y los guiños aquí y allá a hechos pasados funcionen de manera orgánica.
Por ello, sobre todo en las primeras páginas -las de Guardianes, a mitad del tomo- es recomendable hacer una lectura pausada y buscando comprender bien lo que se nos narra, pues dadas las referencias tan dispares a la casi muerte de Mapache o la lucha contra la malvada secta dirigida por el padre de Peter en la etapa anterior, la resurrección de los dioses olímpicos en modo cósmico o, en referencia a Nova, la vuelta del cancerverso. Como veis, Ewing aprovecha estos primeros momentos para mostrar una panorámica de la situación en la galaxia, y aunque la información básica para entenderlo todo está ahí, es fácil sentirse sobrepasado ante la falta de contexto si hacemos una lectura ligera.
Mostrada la imagen general, los Guardianes de Ewing pronto entran en acción en un argumento que pone el foco especialmente en dos personajes: Dragón Lunar y Mapache Cohete.
Este último es importante sobre todo porque el tomo arranca con una miniserie protagonizada por él y anterior a la etapa en sí de Ewing con los Guardianes. Si sus Guardianes datan de 2020, esta historia de Mapache en solitario fue escrita en 2017. Tiempo más que suficiente para que las vidas de los personajes hubieran dado mil vueltas, pero el guionista traza lazos entre ambos relatos de forma que el salto de una aventura a otra es muy natural. Su Mapache, pues, no debe solo al drama vivido durante la estancia de Donny Cates al frente de la colección, sino que también estrecha sus vínculos con esta miniserie. Ya dijimos que al guionista le gusta hilar fino. Tanto como para que los coprotagonistas de esta primera mitad del volumen nos lleven nada menos que a los primeros tiempos de Excalibur, con Chris Claremont al frente. Pero, de nuevo, las piezas para disfrutar de la historia sin tener que rebuscar en cómics viejos o en la wiki de turno, están ahí.
Así, entre su miniserie y su papel preponderante en el arranque de Guardianes, Mapache se erige como uno de los grandes activos de la incipiente etapa. Por el contrario, al menos en este arranque, personajes como Drax (que sigue con las secuelas de las Guerras del Infinito de Gerry Duggan y todo lo que vino después) o Groot aguardan su momento en segundo plano. Porque, aunque continuista, Ewing busca marcar pronto su impronta y personajes como Richard Rider apuntan a ejercer nuevos liderazgos en un grupo, el de los Guardianes, siempre en movimiento.
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