Kitty Pryde y Lockheed

Excalibur. Dimensiones paralelas: Excalibur en el multiverso

Excalibur: Dimensiones paralelasAbordamos el segundo tomo de la recopilación que está haciendo Panini Cómics de Excalibur de Chris Claremont y Alan Davis. Una serie tan imprevisible como divertida que casi 35 años después de su publicación original sigue siendo una lectura de lo más recomendable.

 

«Seguro que podéis adivinar qué pasa después«

 

Lejos de ser un halago baladí, subraya el interés por un material que ya en origen tenía unas ambiciones rompedoras y que a día de hoy resulta igual de fresco que entonces. Es cierto que algunas actitudes y dinámicas de los personajes -vistas con ojos actuales- pueden resultar más que discutibles, pero, en términos generales, son muy pocas las lecturas dentro de una editorial como Marvel Comics que aborden los esquemas superheroicos de forma tan desprejuiciada y conocedora de sí misma.

 

Cuando en el post anterior decíamos que Chris Claremont se enfrentaba a esta colección en modo Monty Python no nos referíamos solo a su sentido del humor -que también-, sino a su autoconciencia y al propio humor como herramientas para hablar de la sociedad en la que vivían por aquel entonces. Obviamente estos cómics tienen un carácter mucho más lúdico y menos político que el icónico grupo humorístico, pero aún así no se escapan ciertas inquietudes a ese respecto en un contexto tan alocado como proclive a explorar y distorsionar la idiosincrasia británica como los viajes multiversales.

 

Porque, a nivel puramente argumental, ese es el mayor foco de interés de este segundo volumen de Excalibur que recoge Marvel Gold. Brian, Rachel Kitty y compañía se ven arrastrados a un viaje por decenas de Tierras alternativas en busca del camino de vuelta a casa. En sus viajes se encuentran con las versiones más disparatadas del Reino Unido (e incluso de versiones de sí mismos, como bien atestigua el siempre leal Lockheed) y lidian con sus propias dudas y frustraciones. Por más que el tono pueda parecer festivo durante buena parte de las 480 páginas que ocupa el volumen, nuestros protagonistas siguen arrastrando el trauma de perder a la Patrulla-, además de sus situaciones personales (como los anhelos amorosos de Kurt o los problemas de Kitty con sus poderes). Davis y Claremont saben en todo momento que detrás del gag o la aventura de turno, están las vidas de sus personajes.

 

Y con ese espíritu telenovelesco que tanto caracteriza a Claremont, aquí tampoco faltan las dosis de drama y de enredo. Si las familias Scott o Grey siempre han sido como volcanes en erupción, los Braddock no se quedan atrás y el díscolo Jamie da buena cuenta de ello -muy a pesar de nuestros protagonistas- en este libro.

 

Excalibur: Dimensiones paralelas es una lectura muy disfrutable. Subraya y potencia la senda marcada por el volumen anterior y muestra a un Chris Claremont aún más atrevido y juguetón. Arriesga y disfruta, pero siempre con el foco puesto en unos personajes que son el alma de la colección y en algunos casos de la misma franquicia mutante.

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