Panini Cómics recopila en un único volumen la etapa completa de Donny Cates al frente de las aventuras de Peter Quill y compañía. El guionista texano escribe lo que en la práctica es una maxiserie (su etapa consta de doce números y un annual) que sirve para cerrar el relanzamiento de los Guardianes de la Galaxia iniciado por Brian Michael Bendis y continúa justo desde la despedida de Gerry Duggan, con el cadáver de Thanos aún caliente.

«Nuestra cruzada llega a su final«

Así, aunque es recomendable haber leído Guerras del Infinito, tanto la premisa inicial del cómic que nos ocupa, como el artículo de Julián Clemente que prologa el tomo permiten acercase con cierta seguridad a esta aventura a poco que se conozca a los Guardianes y sus circunstancias. No es, en cualquier caso, una lectura adecuada para neófito. Si es vuestro caso, empezad por las historias escritas por Bendis y llegaréis a este volumen de manera orgánica.

Guardianes de la Galaxia #4 (#67)

El tomo puede dividirse en dos actos, uno centrado en Thanos y su testamento, con apariciones de La Orden Negra, el Motorista Fantasma (Frank Castle), Nova, Hela… y otro con la Iglesia Universal de la Verdad poniendo en jaque a nuestros héroes. Y aunque parezca que no hay demasiada relación entre ambos actos, guiños aquí y allá (principalmente determinados diálogos al inicio del primer arco y al final del segundo) dan una estimable consistencia al conjunto. Por más que pueda irse por las ramas apunte diferentes derivadas aquí y allá (que dan lugar a Estela Plateada: Negro o Rey de Negro), el guionista logra contenerse lo suficiente para que sus Guardianes funcionen por sí mismos.

En conjunto, estos Guardianes hacen una suerte de viaje de vuelta a casa. Tras Guerras del Infinito la formación habitual del equipo en su etapa contemporánea (y su versión fílmica) quedaba hecha trizas. Miembros desaparecidos, otros siendo una sombra de lo que un día fueron… Sin pausa pero sin prisa, Cates construye unas tramas y presenta unas amenazas pensadas para que nuestros personajes se sacudan las penas y los traumas y retornen al hogar. Arrancar el volumen con un conflicto que tiene por excusa y detonante el testamento de Thanos es una declaración de intenciones, pues obliga a Gamora (villana por las circunstancias en Guerras del Infinito) y Starlord a sanar las heridas más recientes. Lo mismo se aplica al resto de Guardianes, con especial interés en Cohete. Las dos páginas que ponen el broche final al tomo son para agarrar un pañuelo y no soltarlo.

Guardianes de la Galaxia #5 (#68)

Pero en Marvel todo final es también un principio, siempre hay alguien esperando a tomar el relevo. Teniendo esto muy presente, Cates procura dejar su aventura bien atada (salvo por las mencionadas derivadas que él mismo explora en otras colecciones) para que su sucesor como arquitecto de los Guardianes (en este caso el casi siempre certero Al Ewing) pueda abordar sus futuras aventuras sin deudas pendientes. Donny Cates cierra por todo lo alto el ciclo de los Guardianes de la Galaxia iniciado por Brian M. Bendis al alimón de su asesoramiento de la versión cinematográfica del grupo.