«El Star Sheriff nunca había sido de los que ponen su fe en nada ni en nadie«
Interesantísima dupla de números en la cabecera de los Guardianes de la Galaxia. Decía hace un par de meses que la cabecera que nos trae Panini y que escriben a dos manos Collin Kelly y Jackson Lanzing estaba echando de menos a Groot y a Cohete, dos personajes que eran el alma en la sombra de un equipo formado en su gran mayoría por perdedores y descartados por la sociedad. Como si me hubieran oído, en Guardianes de la Galaxia #3 (#96) regresa, de alguna forma, el Groot que todos conocemos y adoramos y un número después hace lo propio el mapache parlante que tanto echábamos de menos. ¿Vuelve el equipo a estar completo? Ni mucho menos puesto que ninguno se ha ‘unido’ al mismo, pero su mera presencia en la serie, y los mensajes que lanza cada uno de ellos (por crípticos que sean) ya nos indican que los autores tienen planes de hacer remontar al equipo en el medo plazo al menos.
Y es que, aunque no entendamos del todo qué es lo que pretende Groot, sí que nos queda claro que, en cada uno de los asteroides ardientes que el antiguo aliado de los Guardianes está lanzando por el espacio profundo, viaja la mente del vegetal parlante adorable de las películas de la Casa de las Ideas. Y esto quiere decir que tarde o temprano nuestros amigos darán con la manera de acercarse a ella. Los mismo pasa con Rocket. Mapache Cohete nos es presentado en Guardianes de la Galaxia #4 (#97) como el sheriff y guardián de un planeta desolado en el que se ha propuesto invitar a refugiados y descastados siempre que cumplan unas normas básicas de convivencia. Pero, ¿qué ocurre? Bueno, pues que uno no puede acoger en su casa a toda clase de extraños, ya que los que se las dan de fanáticos religiosos tienen altas probabilidades de liártela pardísima.
«Al Star Sherif se le daban bien muchas cosas. Pero ninguna mejor que incumplir su palabra«
Aprovecha la dupla de guionistas para darle otro buen repaso a los spartoi y a las sociedades estratificadas en general, con una aventura en uno de los mundos que han sido infestados por Groot que nos revuelve las tripas por la frialdad de según qué personajes y que sirve, por comparación, para devolvernos un poco la fe en nuestros chicos. Sobre si esta partida de caza tendrá o no consecuencias a futuros para el grupo es algo en lo que no me quiero detener, pero está claro que la familia sigue siendo la familia y para Peter ésta la conforman quienes le han acompañado de un extremo al otro del espacio y no con quienes comparte un mismo código genético.
El segundo de los números que nos ocupan hoy vuelve a incidir sobre la temática western que ha adoptado la serie. Los monólogos interiores, el ambiente crepuscular, la importancia de las sombras… Todo juega para crear una atmósfera en la que Cohete recobra todo el protagonismo que no ha tenido en los tres número anteriores de los Guardianes de la Galaxia. Me podrá gustar más o menos el estilo artístico de Kev Walker, pero éste es sin duda alguna el mejor de los cuatro cómics que se han publicado hasta el momento bajo esta cabecera marvelita.
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