«Seré un criminal incluso si esto sale bien«

Gerry Duggan parece haberle cogido gustillo a eso de repasar todas y cada una de las superficies sólidas del universo Marvel con la cara de Tony Stark. La caída del Vengador Dorado viene relatándose desde el primer número de su nueva andadura y, ahora, se sincroniza con la caída de los propios mutantes aprovechando que el mismo autor tiene allí cogida su propia parcela y puede jugar con tramas que vayan saltando de colección en colección. Así, aprovechando que Tony ya no es propietario de la empresa que lleva su apellido, el guionista la ha puesto a fabricar Centinelas con la misma tecnología que mueve el traje de Iron Man, lo que supone una amenaza para los mutantes y un nuevo golpe para nuestro protagonista, que no puede soportar ver su legado convertido en una cadena de montaje de máquinas de matar héroes.

Este es el punto de partida que toman los tres números que nos ocupan hoy. Tony contra Stark. Iron Man contra todo lo que Feilong está haciendo para acabar con los mutantes de cara a la Gala Fuego Infernal de este año y al comienzo de la etapa de Caída de X. Pero para que todo tenga un mínimo de sentido, Duggan tira de retrocontinuidad y en El Invencible Iron Man #6 (#151) regresa a los tiempos de la armadura Centurión de Plata (la armadura Transformer) para trazar una línea de unión entre los pasados de Tony y de Emma Frost, un personaje que comienza a verse en esta terna como de extrema importancia parala colección. A partir de ahí, Duggan se lleva a Tony de asalto para terminar quitándole lo que le quedaba de aliados y amigos a nuestro protagonista y termina por ofrecérselo a unos de los nuevos Centinelas para que jueguen un poco al fútbol con sus costillas. Toda una masacre, vamos.

«Ya ha muerto mucha gente esta noche, Stark«

La idea tras todos estos puentes con el personaje de la Reina Blanca va encaminada a un evento que ya nos han adelantado desde Estados Unidos (lo traerá Panini a España en enero) y que en esta propia colección ya se ha insinuado como posible solución a parte de los infinitos problemas actuales del Vengador. Pero más allá de que tengamos que buscar de nuevo nuestras mejores galas tras la resaca de la fiesta mutante de este año, la idea de que, durante un tiempo al menos, las vidas de los mutantes y de Tony Stark discurran por el mismo sendero me parece de lo más atractiva. Y es que supone introducir sangre nueva en universos que han venido funcionando más o menos bien por sí solos durante bastante tiempo, pero que pueden acusar pronto la falta de nuevas direcciones y la repetición de antiguas estructuras.

El Invencible Iron Man #7 (#152)

Un ejemplo tonto (o quizás no tanto) que se me ocurre es cuando Spider-Man sustituyó a Lobezno como profesor en la escuela Charles Xavier para mutantes hace ya unos añitos. Fueron muy pocos números (cuatro me recuerda nuestra propia hemeroteca), pero la frescura de sus tramas y lo divertido que fue ver a Peter Parker haciendo las veces de profe enrollado para chavales como Nydo, Glob Herman o la Chica Nula hicieron que está a punto de cumplir los diez años me siga pareciendo una apuesta que la Casa de las Ideas no se ha atrevido a explorar como se merece hasta el momento, pero que podría dejarnos con muy buenos momentos. Algo así pasa con Iron Man y la Patrulla-X: sólo el tiempo nos dirá hasta qué punto suman energías ambos universos, pero ya sólo el hecho de apostar por ello se me antoja la mejor de las ideas para enganchar a viejos y nuevos lectores.