Watashi ga koibito ni nareru wake nai jan, muri muri!

¡No hay manera de que pueda tener una amante! ¿O quizá sí? #3: Tratos a pares

Pobre Renako. Cuando cree que las cosas empiezan a ir por buen cauce llegan nuevos y más enrevesados contratiempos. El tercer volumen de ¡No hay manera de que pueda tener una amante! ¿O quizá sí? de Panini Manga retuerce la ya de por sí complicada situación sentimental de Renako y Mai.

 

«Es bastante elegante… La veo muy chic«

 

Teren Mikami y Musshu arriesgan mucho en este tercer tomo porque aceleran la resolución de la premisa con la que arrancaba la serie, pero lo hace en falso. Es decir, lo que podría haber dado para un par de volúmenes más sin llegar a provocar una sensación de hastío o repetición (la dinámica amigas/novias en citas cargadas de momentos amorosos o divertidos malentendidos) se solventa en este volumen… pero retrocediendo al estado inicial (a que acuerden una nueva apuesta) y planteando otra situación en paralelo demasiado similar a la original.

 

Watashi ga koibito ni nareru wake nai jan, muri muri!

 

En ese afán por enredar la premisa original lo que consiguen sus autores no es alargar la vida del manga, sino acrecentar el riesgo de caer en la repetición antes de tiempo. La relación entre Mai y Renako ha dado un pequeño paso adelante, es verdad, y también su contexto (con Renaki abriéndose más a relacionarse con el resto de chicas del grupo de amigas); pero la sensación de que la obra está dando demasiadas vueltas al mismo concepto empieza a ser evidente.

 

Quizá han gastado muchas balas demasiado pronto y la serie necesita de un giro que cambie el escenario para no enquistarse en los próximos volúmenes. O quizá no y lo único que haga falta sea dejar que la historia fluya y no forzar las cosas (como han hecho en este volumen). Sea como fuere, este rápido quemar las etapas esperadas hace que el horizonte sea interesante, puesto que pone a sus autores en la tesitura de cerrar pronto la serie (quedando una colección corta y muy estimable) o de explorar nuevos escenarios.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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