¡No hay manera de que pueda tener una amante! ¿O quizá sí?

¡No hay manera de que pueda tener una amante! ¿O quizá sí? #5: Amores de verano

¡No hay manera de que pueda tener una amante! ¿O quizá sí?¡No hay manera de que pueda tener una amante! ¿O quizá sí? entra en un paréntesis veraniego. El manga de Teren Mikami y Musshu, que publica Panini Manga en España, deja en barbecho la apuesta entre Renako y Mai (así como las maquinaciones de Satsuki) con la llegada de las vacaciones de verano.

 

«¡Jamás sobreviviría en clase sin Ajisai!«

 

La dinámica general sigue siendo la misma hasta ahora, con Ren protagonizando un yuri de tintes harem que se mueve entre la comedia y el romance con su conflictivo fondo y sus divertidas formas. Ahora bien, esta pausa veraniega que saca a las protagonistas de la zona de confort que supone el instituto, da la oportunidad a sus responsables de jugar con nuevas situaciones y enfoques.

 

Lo primero que destaca es la ausencia de Mai (justificada por su trabajo como modelo durante el periodo estival), dejando vía libre a que Renako pueda relacionarse con el resto de integrantes de su grupo de amigas. Y ahí es donde entra Ajisai, con quien mantiene una suerte de enamoramiento platónico y a quien ha jurado proteger a toda costa, aunque eso suponga tomar decisiones impulsivas o enfrentarse a sus complejos (algo que lleva trabajando desde el inicio de la serie).

 

Claro, las dinámicas entre Ajisai y Ren no son las mismas de Mai con esta. Mientras que Mai lleva a nuestra protagonista a un estado de tensión constante provocado por unos deseos que su amada no solo no esconde, sino que exterioriza siempre que tiene la oportnidad; la tensión con Ajisai viene del rubor por la idealización que se profesan ambas. Hay también complicidad entre las dos, pero el miedo a decepcionar las frena más de la cuenta.

 

¡No hay manera de que pueda tener una amante! ¿O quizá sí?

 

Lo segundo es el aumento de monólogos de la propia Ren. Las dificultades para soltarse con Ajisai avivan este tipo de diálogos interiores y que nuestra protagonista tenga intensos debates consigo misma sobre qué decir o cómo actuar. En este sentido, Musshu y Mikami rebajan la acción y comedia situacional para centrarse más en los sentimientos de Renako. Esto, a su vez, provoca la aparición de pequeños capítulos complementarios protagonizados por Ajisai, que da su propio punto de vista a los momentos compartidos con Ren. Así, de una misma situación tenemos los dos puntos de vista de las implicadas, lo que le da un contexto más sólido a las escenas.

 

¿Y qué puede significar esto? Bien puede desarrollarse solo mientras dure este impasse veraniego (posiblemente uno o dos tomos más a lo sumo), o bien puede suponer un cambio de paradigma en la serie. Hasta ahora dábamos por hecho el final feliz para Renako y Mai, pero la revelancia que está cobrando Ajisai puede poner en espera cualquier conclusión precipitada. No hay nada como el verano para alterar las emociones.

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