Hay que reconocer que se hace raro leer este Ultimate Spider-Man de Jonathan Hickman que publica Panini Cómics en nuestro país en formato grapa. Y no por el personaje o por la aventura en sí, sino porque viniendo no ya de reescribir el legado de franquicias como Los 4 Fantásticos o Patrulla-X, sino por reimaginar por completo el universo Ultimate, centrarse en una figura de escala tan urbana como Spiderman, parece poca cosa.
«Que os divirtáis. Y no hagáis nada que yo no haría«
Pero hablamos de Hickman. De Jonathan Hickman. Somos unos ilusos si pensamos que que no está planeando otro terremoto narrativo en Marvel Comics; sobre todo si atendemos a la libertad que supone tener un universo entero a su disposición y que antes que después el Ultimate Reed Richards original (el Hacedor para los amigos) volverá para terminar su trabajo. Aunque claro, precisamente por esa misma libertad para hacer y deshacer, el guionista quiere sorprender -como ya está haciendo- tocando elementos de la mitología arácnida aquí y allá sin tener que recurrir a épicas aventuras. Sea como fuere, nos tiene en el bolsillo.
De momento seguimos abordando los primeros meses de Peter Parker como Spiderman, lo que conlleva elegir el traje adecuado, aprender las rutinas del vigilante enmascarado y, hablando de máscaras, quitársela ante cualquiera. A pesar de lo escrupuloso que dice ser respecto a su intimidad y la de sus allegados, rara es la vez que Peter no se desenmascara a la primera que tiene una oportunidad. Y esta no es una excepción. Ahora bien, ¿este desenmascaramiento tendrá las fatales consecuencias habituales o vendrá algo distinto? Pronto lo sabremos.
Como no, un superhéroe primerizo también debe adquirir su propia galería de villanos y de potenciales aliados. De nuevo, como con la honesta amistad que parecen compartir Ben Parker y J. Jonah Jameson, el guionista apuesta por una renovación que parece una revolución. Los personajes y conceptos clave están sobre la mesa, pero su significado y función son diferentes e imprevisibles. Así, como se ve en la portada del número, no puede haber un Spiderman sin su Duende, pero su estética tiene más en común con Iron Man que con el habitual monstruo encarnado por Norman Osborn.
Hickman, junto a Marco Checchetto a los lápices, se está tomando con calma la construcción de su mundo -en el que destaca cierto personaje cuya maldad parece una constante en cualquier versión-, pero como todo lo que toca el guionista norteamericano, podemos esperar grandes cosas de él.
Deja un comentario: