Esta doble entrega de Los Vengadores: Sin camino de vuelta (que publica Panini Cómics) viene cargada de sorpresas. El trío de guionistas formado por Mark Waid, Al Ewing y Jim Zub replica la exitosa fórmula de Vengadores: Sin rendición y trabaja con la intención de que cada entrega sea algo así como un pequeño acontecimiento que entusiasme con sus giros y revelaciones. Incluso, como ocurre en este caso, con aquellos episodios que a priori tienen como misión establecer o profundizar en el contexto y no en proponer grandes avances en la trama.
El primero de los capítulos que nos ocupan (Sin camino de vuelta #3) está centrado, precisamente, en proporcionar un background en torno a Nyx, estableciendo su origen entre los dioses olímpicos y explicando los hechos que la han llevado al momento actual como temible enemiga de los Vengadores. Los autores hacen un notable trabajo expandiendo el conocimiento sobre este mitológico rincón del universo Marvel.
Además de crear una cronología en torno a Nyx y sus vástagos, este capítulo sirve también para establecer la conexión (ya deslizada en la anterior entrega) con Sin rendición, para cumplir con la condición de secuela respecto a ella. Al respecto, los guionistas no se complican forzando situaciones para que ambas historias queden hiladas entre sí, sino que aprovechan un hecho de aquella aventura y le dan un nuevo y trascendente significado, de tal forma que la conexión resultante se muestra de forma muy natural y coherente.
Obviamente, se sigue avanzando en la trama principal con nuestros protagonistas luchando por impedir que Nyx y sus hijos no se hagan con las esquirlas de la noche que le devolverán a la diosa la inmensidad de su poder. Este número esconde una poderosa sorpresa que, lamentablemente, es revelada de forma explosiva en la portada del número #4.
Hablamos, como habréis comprobado, de Conan el cimmerio, quien ha tardado muy poco en cruzar su destino con el de los Vengadores desde que se anunció hace menos de un año su regreso a la editorial tras varios años guerreando bajo el sello Dark Horse.
Así, Sin camino de vuelta #4 se centra casi exclusivamente en las primeras interacciones del bárbaro con uno de los vengadores protagonistas de la aventura. Aunque para que la confluencia no le sea traumática al veterano personaje, los guionistas, con Jim Zub (como experto en cuestiones hyborias) a la cabeza, trasladan la acción a su mundo natal, de tal forma que son los vengadores los que se encuentran en tierras extrañas.
Al contrario de lo que pueda parecer, la mezcolanza de ambos mundos no resulta chocante y todo fluye con relativa naturalidad. Es evidente que la elección del personaje marvelita que actúa de cicerone para Conan tiene especial relevancia para el buen acople del personaje creado por Robert E. Howard. Y está igual de claro que los planes de la editorial prevén que el bárbaro se integre en el cosmos marvelita más pronto que tarde. Esta no es más que la primera piedra.
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