Difícil es escribir de Cut Bank y no recordar No es país para viejos, o varios títulos memorables para el público fan del cine indie. Sobre todo si te fijas en el elenco actoral: Bruce Dern, Billy Bob Thornton o John Malkovich. Los autores se han curtido en la pantalla pequeña: el guionista de la historia, Robert Patino, ha escrito series y el director, Matt Shakman posee en su currículo obras como Betty, Revenge, Cinco hermanos, Mad Men, The good wife, etc. Ambos se unen para realizar una obra con tintes independientes pero a la cual le ha necesitado un poco más de potencia.

Este argumento arranca con una interesante premisa: Una pareja, Dwayne y Cassandra, con ganas de escapar de su pueblo, el lugar más frio de Estados Unidos, situado en Montana. Y es que el ambiente ya dice mucho: Cut Bank, el pueblo donde sucede la acción es una localidad perteneciente a la América profunda, esa que destila miseria y belleza en el séptimo arte a partes iguales. La música acompañará con delicadeza y acierto a la dirección artística. La cámara explaya y aporta más que el texto, tanto en prosa como violencia. El realizador apunta con maestría la cámara para mostrar un contexto muy claro; otra cosa será el desarrollo.

Shakman filma escenas que recogen la belleza agreste americana, como esos planos donde arranca la acción, donde la pareja se ha reunido para que él la grabe a ella haciendo un video de presentación para un concurso: más auténtico no puede ser en ese campo de flores amarillas. Y en esa cita, la cámara recoge algo en la lejanía que inmiscuye a los dos jóvenes en el tinglado. Ahí partirá una trama que invitará a nuevos personajes y la historia crecerá y empequeñecerá, según las circunstancia. Con el halo muy Coen inserto en el tuétano de la película, la resolución de los problemas por caminos que se desconocen, al menos el largometraje llega a buen puerto con su desenlace.

Los actores desempeñan personajes ya visto en otras cintas: John Malkovich es un hosco sheriff, Bob Thornton es un secundario deluxe, igual que el misterioso Michael Stuhlbarg. El que no es tan asiduo a las lides indies es Liam Hemsworth, visto en Los Juegos del hambre, que aquí se desenvuelve como puede en el papel de joven que quiere escapar de lugar de nadie. La misma inexpresividad se observa en Teresa Palmer, que interpreta a su pareja.

La película es interesante pero la previsibilidad la marca para su desgracia. Queriendo meter tanto trazo espinoso y mirar el enrevesamiento de otros títulos previos ha perdido fuelle. Muchas fuentes de inspiración ha tenido la cinta, pero los autores no alcanzan las metas dispuestas. Es un ejercicio con buenas intenciones, pero no consigue la garra suficiente. Rememora a grandes títulos que tenemos asimilados, y tal recuerdo le beneficia y le perjudica.