La casa Gucci

La casa Gucci: Culebrón a la italiana

Cuando salió el primer tráiler de La casa Gucci, muchos dijimos que la película podría ser un auténtico pelotazo. A medida que se veían nuevas cosas, la idea no se iba de la cabeza, y después de verla se puede confirmar que La casa Gucci es un placer culpable, de esas películas que sabes que no marcarán un antes y un después, pero con la que realmente disfrutas, te lo pasas bien y ves que los involucrados en la misma reman en la misma dirección de descontrol, frenesí y locura. Ridley Scott, después de regalarnos una de las grandes cintas del año con El último duelo, realiza aquí un biopic sobre el asesinato de Maurizio Gucci a encargo de su ex-mujer Patrizia Reggiani convirtiéndolo en un culebrón a la italiana donde no falta de nada: Intriga, sexo, traiciones, moda y muerte. Todo eso tiene La casa Gucci, una cinta realmente descontrolada.

 

Adam Driver

 

Y es descontrolada porque vamos pasando de evento en evento de manera rápida, sin tiempo de pensar que es lo que está pasando en pantalla, por la presentación de personajes de una manera rápida y sin detenerse en cada uno de ellos. Ridley Scott sabe a lo que hemos venido a ver en La casa Gucci, que no es otra cosa que ver a los personajes odiarse, lanzarse dardos envenenados por todas partes para quedarse con el poder dentro de una de las marcas más importantes de la historia. Y eso también hay que recordar que, al ver la cinta, se ve como la marca Gucci está salpicada por la sangre del propio Maurizio Gucci, el hijo de Rodolfo Gucci y heredero principal a todo Gucci. Y también una historia donde cada miembro de la familia parece que no tiene nada que ver, pues cada uno de ellos busca su propio beneficio en lugar de buscar lo mejor para la marca. Eso se refleja perfectamente dentro de la historia. Una historia que quizás si no tuviera al elenco que tiene no hubiera sido tan rocambolesca como es.

 

Lady Gaga

 

Y es que dentro de este elenco encontramos a una Lady Gaga completamente entregada a la causa. Es el pilar fundamental de la trama, es quien consigue que no perdamos los ojos de la pantalla y quien tiene todo el peso de la trama. Cuando no aparece en pantalla la historia baja, la película se pierde y falta algo para poder levantarla. Lady Gaga está excesiva, sobreactuada en muchos momentos, pero lucha por la causa y eso hace que la cinta y su presencia gane enteros. Igual que la interpretación de Jared Leto que está completamente fuera de sí. Más que parecer un Gucci parece que ha salido de doblar a Super Mario Bros. de la próxima película, pues su acento italiano únicamente recuerda al del fontanero más famoso de los videojuegos. Adam Driver ni bien ni mal, está sin más, cumpliendo. El resto, como Al Pacino, pasaban por allí para cobrar el cheque y seguir saliendo en sitios.

 

No se puede decir que La casa Gucci sea una mala película, pues cumple con lo que prometían los tráileres y los avances que hemos visto. Es una cinta que no necesita ningún tipo de promoción pues se hace sola. Vale la pena verla en pantalla grande para disfrutar del recital de Lady Gaga desatada, que incluso en un momento parece que quiere arrancarse por bulerías y ponerse a cantar Poker Face en medio de una secuencia dentro de una discoteca. Es una cinta completamente descontrolada pero muy disfrutona.

Acerca de Christian Leal

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Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

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