En este segundo tomo de Detective Comics, Batman y sus aliados tienen que lidiar con el autoproclamado Sindicato de víctimas (un grupo de víctimas colaterales de las luchas del murciélago contra los villanos de turno que han decidido hacerse oír) y, otra vez, contra La Colonia. Todo ello en un escenario marcado por la batalla contra los hombres monstruos (que tuvo lugar en el crossover entre esta colección, Nightwing y Batman) y la pérdida de Tim Drake, Red Robin. ECC presenta un pequeño (solo 168 páginas), pero completo tomo (incluye dos arcos argumentales) que muestran el buen hacer de James Tynion IV en lacabecera complementaria al Batman de Tom King.

«A mí me forjó el fuego. A ti, los hombres«

Es muy interesante comprobar como Tynion logra lidiar con las consecuencias de la lucha contra los hombres monstruos sin que el lector que no haya leído dicha aventura la eche de menos. Y es que la historia que nos ocupa está plagada de menciones a aquella, pero salvo por un par de alusiones (que nos dan las pistas necesarias para hacernos una idea de quién estaba detrás de todo y cómo lo hizo) el resto son lo suficientemente genéricas como para aportar color sin entorpecer la lectura (porque ¿cuándo no se ha visto Gotham asediada por villanos monstruosos a los que Batman derrota cuando todo parecía perdido?).

La primera de las tramas que nos ocupa, que da título al volumen, quiere poner a Bruce y a los suyos frente al espejo y recordarles que Gotham son sus habitantes y que todas sus peleas contra los Joker y Bane de turno siempre tienen consecuencias y que la guerra contra el crimen del cruzado enmascarado tiene no pocas víctimas colaterales, ya sean personas cercanas o desconocidas sin culpa de nada. Como amenaza, el Sindicato de Víctimas pronto deja ver su escaso potencial, pero cumple una estimable función al poner sobre la mesa algunos de los problemas de confianza existentes en la bat-familia, obligándoles a hacer frente a ellos.

La segunda de las tramas conecta de nuevo con el trabajo del autor como arquitecto de las aventuras de Batwoman, haciéndonos ver nuevamente que este Batman – Detective Comics es sucesora espiritual de las historias de Batwoman en solitario. Kate Kane reclama su parcela de protagonismo y se complementa bien con su primo Bruce, pero al final del tomo queda claro que las luchas de ambos son diferentes, lo que nos hace preguntarnos hasta cuándo se podrá mantener esta dinámica de compartir una misma cabecera sin que ella pueda desfogarse en su propia serie. De momento Tynion IV, que conoce bien a ambos personajes, está llevando la situación con solvencia, pero es cuestión de tiempo que Kane emprenda de nuevo el vuelo en solitario.