Norma Editorial apuesta por lo nuevo de James Tynion IV en El depravado, un thriller criminal sobre un autor de cómics que quiere centrar su próximo proyecto en la historia de un convicto cuyos horribles asesinatos dejaron huella cincuenta años atrás.

«Derek, mírame a los ojos«

Con esta premisa ya tenemos clara la estructura base de la obra: acción dividida en dos marcos temporales y trama que ahonda en la investigación del caso… y de su reflejo en la actualidad. Tynion (junto a Joshua Hixson a los lápices) no se limita a estudiar a su asesino como hiciera, por ejemplo, la miniserie The Crowded Room (protagonizada por un sensacional Tom Holland), sino que el asesino retratado y el guionista retratista siguen una senda parecida. El propio autor lo expresa en un par de ocasiones a lo largo de los cuatro números aquí recogidos: siente una conexión con el convicto al que está entrevistando y cree que se parecen mucho más de lo que pudiéramos pensar a simple vista.

Hay un trabajo de personajes muy interesante por parte de Tynion, que aborda el cómic coqueteando con el terror psicológico en la misma medida que lo hicieran (por seguir con los ejemplos fílmicos) Oz Perkins en Longlegs o David Fincher en Zodiac o Seven. Atmósferas siniestras, hechos terribles no aptos para estómagos sensibles e investigaciones meticulosas en las que cada detalle tiene su importancia.

El ritmo lo es todo en una obra que se va cociendo a fuego lento, pero sin dejar espacio a los tiempos muertos. Los protagonistas son culpables de sus actos -aquí nadie está limpio del todo-, pero también son víctimas de sus contextos que, con 50 años de diferencia, en muchos aspectos no son tan diferentes.

Este primer volumen nos deja a mitad de la historia (la colección se completará con un segundo tomo, que en EEUU se publica este mes de mayo) y ahí puede haber un problema si nos dejamos llevar por las expectativas y nuestro bagaje previo como lectores o espectadores. Hasta cierto punto Tynion y Hixson se mueven en la complacencia de los lugares comunes. La atmósfera está lograda, pero la historia sorprende poco. Es eficiente en el uso de tonos, personajes, tiempos… pero la sensación de «esto ya lo he leído» es constante. ¿Seguirá y concluirá según los cauces esperados? ¿O nos aguarda algún giro que dé una nueva dimensión a la lectura?