«¡Salgan de las calles! ¡Si están en casa, quédense allí!«

Comienza Tony Stark: Iron Man #13 muy cuarentenástico, con un apocalipsis zombie-robótico en marcha y con sólo la Avispa y un mermado Máquina de Guerra para plantarle cara al casi todopoderoso Ultrón-Pym (esa psicodélica mezcla de personajes que lleva pululando por el universo Marvel desde poco después de las Secret Wars de 2015). Tony, mientras tanto, se debate entre la vida y la muerte mientras progresa su antinatural fusión con una de sus armaduras y el resto de sus amigos y empleados debaten cuál es la mejor forma de salvar al protagonista de esta serie. La idea ganadora no deja de recordarnos que es Dan Slott el que está al timón de esta serie: nos la da un empleado que el guionista nos había tan sólo dejado ver de pasada en alguno de los capítulos del principio de la serie, un gato parlante que es experto justo en la rama de la ciencia necesaria para separar esta unión a nivel molecular.

Hasta ahí todo bien, todo ‘normal’. Tony Stark: Iron Man #13 nos trae a un James Rhodes con un fantástico ataque de pánico, pero haciendo su trabajo como un buen soldado que es. También nos enseña que el remedio gatuno ya ha curado a Jarvis y a la Visión y el Hombre Maravilla. Estos dos últimos protagonizan un cambio de cromos con Janet en la batalla contra el villano para que ésta pueda ir a salvar a su novio reduciendo su tamaño e introduciéndose en su torrente sanguíneo. Y aquí me surgen un par de dudas: Si el proceso ya ha curado a otras personas sin necesidad de viajes de ciencia ficción, ¿qué necesidad había de esto? ¿Qué pasa con la estrategia que le explica Don Gato a Tony? ¿Por qué no le vemos aplicándola en ningún momento?

«Prometo no perseguirla esta vez«

Estas incongruencias sólo las puedo achacar a la urgencia por cerrar la serie. Dentro de dos meses comenzará Iron Man 2020 y eso nos deja con tan sólo el próximo número para resolver la batalla entre Iron Man y Ultrón-Pym y hacer que la cadena de sucesos que se han estado desarrollando en la sombra salga por fin a la luz y justifique este cambio de título para una serie que no deja de ser la misma que hemos estado leyendo hasta ahora, pero con Christos Gage ya plenamente integrado desde el primer número al lado del director. Es por ello que en esta entrega tenemos una sobre carga de información que deja poco espacio para que algunas cosas queden convenientemente explicadas. A la vez que está pasando todo lo que os he relatado (y que es la historia principal, ojo), nos encontramos con importantes revelaciones dentro del cuerpo de Tony que deberán explicarse más adelante y que ahora sólo nos pueden hacer elucubrar. También sigue evolucionando la trama de Arno y los padres Stark, con una nueva escena que plantea muchas más incógnitas sobre hacia dónde se dirigirá la colección a partir de ahora. Y nos quedan por ahí, coleando, las historias del Hombre Máquina y de Yocasta y su nuevo aspecto a partir de ahora, que le merecen a esta historia las viñetas justas como para no salirse del límite de páginas mensual.

Tony Stark: Iron Man #13

Lo que vendrá a continuación (a partir de junio, si Dios quiere y esta cuarentena termina) es muy interesante, pero el final de este largo preludio hasta llegar a ese punto está siendo algo atropellado. Sólo se me ocurre que se deba a imposiciones editoriales, pero me resulta un tanto absurdo hacer que una serie termine en el número diecinueve (norteamericano). Sólo al ver la fecha de publicación de Iron Man 2020 #1 se ilumina la bombilla. El primer número de la nueva colección salió a la venta en Estados Unidos en enero de este año y desde Marvel lo tuvieron claro: la nueva serie debía comenzar a la vez que el nuevo año, costase lo que costase y hubiera que recortar de donde hubiera que recortar. Una vez más, una estrategia de compañía pesa más que el espíritu creativo del guionista y la historia, como consecuencia, se ve afectada en el proceso. Bravo Marvel, claramente sois la Casa de las (malas) Ideas.