«¡No tenemos por qué ser mejores amigas!«
Yo, que gasto mi tiempo en estas cosas, a veces me imagino las reuniones editoriales de la Casa de las Ideas y, en esta ocasión en particular, pienso en la reunión previa al relanzamiento mutante post-Krakoa. Me imagino a Jed MacKay diciendo ‘Buah! Mis mutantes van a estar recluidos en una antigua fábrica de Orchis en medio de la nada helada. ¡Las van a pasar canutas!‘, luego Gail Simone le replicaría: ‘Eso no es nada. Yo me planteo un cómic que vaya sin rumbo fijo y en el que las únicas llamadas a la tranquilidad sirvan para prepararnos para nuevas oleadas de violencia sin sentido‘ y, en un rincón de la sala y con aspecto de no estar entendiendo gran cosa, me imagino a Eve L. Ewing diseñando una etapa que nos vuelva a llevar a la época del descubrimiento, que nos hasta empatizar con sus personajes en unos tiempos oscuros, pero con una narrativa luminosa… Todo esto mientras, de fondo, alguien avisa a Geoffrey Thorne de que su serie será cancelada, que mejor no se esfuerce demasiado.
Excepcional Patrulla-X me sorprendió bastante con su primera entrega y viene ahora a confirmar esas sensaciones iniciales con un segundo número que sigue sumando personajes a la trama al tiempo que hace ver a la buena de Kitty que su retiro espiritual en Chicago ha terminado justo antes de comenzar. Con la entrada de Trista, Thao y Alex Ewing hace una de las cosas que mejor ha hecho Marvel siempre, poner el foco en una nueva generación de adolescentes con nuevas inquietudes, nuevos pasatiempos y las mismas inseguridades de siempre. Y al lado de ellos pone a dos figuras que son pura magia mutante y marvelita: por un lado la tenemos a ella, a Kitty, la eterna gran aprendiz de Logan y la eterna jovenzuela que ha ido creciendo al fuego de la Patrulla-X y que ahora ha de lidiar con la certeza de haber pasado a la mesa de los mayores y con un pasado reciente del que no está nada orgullosa al tiempo que esta nueva generación de mutantes la coloca como su punto de referencia y su campeona particular.
«Has montado un follón que ha puesto en riesgo a todos«
¿Y por el otro? Por el otro lado aparece en la última viñeta Emma Frost, una mutante que viene de dejarnos una etapa sencillamente genial a manos de Gerry Duggan en El Invencible Iron Man y que guarda en su pasado traumáticas experiencias con los ‘bebés X’ que la han empujado en tiempos más recientes a convertirse en su protectora y aliada. Frost viene a convertirse en la catalizadora para que su compañera se ponga manos a la obra y, de momento, nos ofrece la cara más pragmática del cómic… al tiempo que deja entrever que su otrora buena relación con la mutante que entra en fase va camino de complicarse debido a las diferentes formas en que han encarado todo el proceso de la Caída de X (ya os dije que todas estas series son muy deudoras de la etapa anterior).

Excepcional Patrulla-X #2
En medio del caos arancelario que vivimos, en medio de la escalada retrógrada que nos persigue, en medio de la oscuridad de una época que nadie quiso ver venir… tener a una Excepcional Patrulla-X a la que agarrarse para regresar a aquellos tiempos en los que sólo importaba el descubrimiento del enorme mundo que se abre ante los ojos de un adolescente es algo mágico y reconfortante. Si has de elegir sólo una de todas las series mutantes que publica actualmente Panini, ésta (con permiso de los Ultimate X-Men de Peach Momoko) es la colección en la que debes invertir.
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