«Va a dejar otra cicatriz, aunque usted no se dará ni cuenta«
Tengo en mis manos un álbum al que me cuesta calificar. Por un lado, aunque esto suele ser lo último de lo que hablo, la edición que nos trae ECC de Batman: Tres Jokers es sencillamente brutal: doble portada con sobrecubierta de plástico que juega perfectamente con lo que nos encontramos dentro, sensación de cómic deluxe, una galería de extras que va a satisfacer a los paladares más exigentes… Por otra parte, el punto de partida que nos propone Geoff Johns (al que habría que poner una estatua sólo por su trabajo para Green Lantern) es ciertamente interesante y perturbador y, por tanto, novedoso: la existencia de diferentes Jokers como una manera de explicar la enorme variabilidad en la manera de comportarse de este caótico villano a través de los tiempos, desde el chistoso Guasón que luchaba contra el Batman de Adam West al terrorífico psicópata que se arrancó la cara durante la etapa de Scott Snyder al frente de las historias del Caballero Oscuro.
Sin embargo, y pese a contar con la relativa libertad que otorga el escribir bajo el sello de DC Black Label, Johns no se atreve esta vez a lanzar el que sería el órdago definitivo sobre la historia y los orígenes del que quizás sea el villano más famoso del mundo de los cómics en todo este planeta. Así, lo que nos encontramos en Batman: Tres Jokers es una interesante historia detectivesca en la que tenemos la ocasión de ver reunidos a Batman, Batgirl y Capucha Roja, los tres héroes que más han tenido que sufrir los delirios de este payaso. Frente a ellos el guionista pone a tres de las muchas versiones que hemos conocido del personaje a lo largo de los años: el Criminal (en el que encajan encarnaciones como la de Jack Nicholson o la que dibujase Lee Bermejo para Brian Azzarello), el Humorista y el Payaso, estas dos últimas con la palanca y la cámara de fotos que hacen referencia a dos momentos míticos del personaje.
«No tenemos otra opción que dejar que te libres de todo«
La idea es convencernos de que el Joker ha ido reinventándose a lo largo de los años a base de bañar a pobres infelices en la misma salsa venenosa que lo creó a él cuando cayó dentro de un tanque mientras luchaba con Batman en las Industrias Químicas ACE. Y que ahora, en el momento en el que la Bat-Familia crece y Bruce puede levantar un poco el pie del acelerador, el villano de toda la vida, el Joker original, regresa para buscar una nueva versión de sí mismo que le suponga un verdadero reto al Caballero Oscuro actual, al tiempo que lo aparta de sus socios y aliados. Y la idea es buena, pero en algún momento de la trama Johns titubea, y la historia se derrumba hasta volverse casi predecible. Tanto que la decepción corre el riesgo de invalidar las muchas otras virtudes que tiene este texto.
Y una de ellas es el regreso de los grandes dibujos de Jason Fabok, un artista muy de estas últimas décadas (con uso y abuso de lo digital), pero que sabe crear imágenes poderosas y magnéticas dentro de la imaginería del Hombre Murciélago. La manera en que los tres villanos se diferencian entre sí a través de pequeños detalles es magnífica y por lo general su manera de componer las páginas da lugar a un cómic que resulta rápido y agradable de leer. Batman: Tres Jokers es un cómic repleto de claroscuros. No es perfecto, pero sienta las bases de muy jugosasa historias para futuros guionistas del justiciero de Gotham.
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