Primer gran crossover del Nuevo universo DC que protagonizan los miembros de las tres Ligas de la Justicia.
«Todos creen que Superman ha matado…«
Corría la primera mitad de los ‘dosmiles’ cuando cayó en mis manos el Final Fantasy IX. El argumento del juego pudo gustarme más o menos en aquella época, pero se me quedó grabada una secuencia en la que tras rechazar el segundo ataque de unos enemigos llamados «Los Valses Negros«, el protagonista alertaba sobre la posibilidad de que llegara un tercero. Al interrogarle al respecto otro de los personajes, éste simplemente respondía: «Los valses van siempre de tres en tres«. Esta referencia musical tan simple y gratuita me pareció muy divertida en su momento y durante la lectura del que vendría a ser el primer crossover serio del Nuevo Universo DC me he acordado muchas veces de esta escena.
Porque tres son los pecadores que marcan el comienzo de la trama, tres las Ligas de la Justicia implicadas, también es una terna la que forman Batman, Superman y Wonder Woman… Tanto es así que el mayor misterio de la Guerra de Trinidad es más bien… a qué trinidad se refiere el título. No nos engañemos, sin llegar al nivel de complejidad y calidad de otros cruces superheroicos de la editorial (Crisis Infinita, 52…) la Guerra de la Trinidad cumple con creces sus objetivos y sienta las bases de las interrelaciones entre colecciones durante los próximos años a través de un argumento que va a traer mucha cola (sus consecuencias las comenzaremos a sentir con toda su fuerza a partir del mes que viene).
Mientras tanto, echémosle un ojo a lo que tiene que ofrecernos la Guerra de la Trinidad a doctos y profanos en las intricadas relaciones que pueblan la constelación DC.
«Le ha contado todo… incluida la verdad que oculta la JLA«
He de decir que, por una vez y sin que sirva de precedente, ECC ha acertado al publicar todo los concerniente al crossover bajo dos únicas cabeceras (Liga de la Justicia y Liga de la Justicia de América). La historia de esta Guerra precisa de todos sus capítulos para ser comprendida y los que seguimos series como Liga de la Justicia Oscura no habríamos echado de menos los capítulos «robados» para la ocasión de no haber disfrutado de la intervención de Constantine y sus chicos en esta historia. Las únicas excepciones son la del Fantasma Errante y la de Constantine: la lectura de los dos números que han compuesto la colección del primero (el número #1 lo reseñamos por estos lares hace no mucho tiempo) se torna casi indispensable para cierto momento de los cómics pese a que su historia no esta incluida en las páginas de este crossover (como sí lo está la de Pandora) ni tiene excesivo peso en su devenir; el caso de Constantine lo desarrollaré un poco más adelante.
El primero de los cuatro capítulos en que está dividida esta saga pone sobre la mesa un problema que llevaba cociéndose meses. Para hacer frente a la todopoderosa Liga de la Justicia el gobierno de los Estados Unidos, a través de la incansable e intrigante Amanda Waller (os sonará a los lectores de Escuadrón Suicida), ha ido montando su propio equipo de superhéroes elegidos a dedo según sus habilidades fueran más o menos útiles a la hora de neutralizar a éste o aquel miembro del grupo principal. El viaje no autorizado de Superman a Khandaq para dialogar con el nuevo Shazam (único de todos los «grandes» que ha elegido quedar fuera de cualquier agrupación) propiciará que la Liga de la Justicia de América tenga que descubrirse y hacerle frente al último hijo de Kriptón. Este enfrentamiento terminará de una manera brusca y trágica, lo cual nos llevará de cabeza al tomo dos de la colección.
Pero también en este primer número comenzamos a leer la que es una de las nuevas colecciones de DC. Trinity of Sin: Pandora se centra en la batalla de este personaje contra los pecados capitales que liberó hace milenios sobre el mundo cuando abrió la famosa caja, que es el estupendo McGuffin del crossover (¿a nadie le recuerda esto a Indiana Jones IV?) Pandora es uno de los mejores personajes de esta historia y resulta natural que haya logrado hacerse con serie propia. Su evolución y aprendizaje a lo largo de la aventura que tenemos entre manos son fabulosas.
«Eres un capullo integral, Constantine«
Los misterios se multiplican en la Liga de la Justicia de América #6. El dramático final del primer movimiento de esta obra lleva a Wonder Woman a recorrer el mundo en busca de respuestas a la par que entra en escena el segundo «vals negro», que vendría a ser el misterioso y atormentado Question. La historia de este personaje siempre me ha atrapado (y su cambio en el mundo que siguió a Crisis Infinita es una de los relatos que más me gustan de esta editorial) y, al contrario de lo que pasa con el Fantasma Errante y Pandora, su origen sigue siendo un misterio. Lo es incluso para él mismo.
Este segundo capítulo también contiene la parte de la Guerra de la Trinidad que se narra en la colección de Constantine… Y aquí he de decir que la elección de ECC sobre si incluir su número o no ha sido la equivocada. Las tretas del mago con Shazam pueden ser la mar de entretenidas (el capítulo mola, como también lo hace la serie que estrenó hace unos meses ECC), pero no aporta nada nuevo al argumento y deja importantes cabos sueltos al no explicar cómo pasa Constantine del estado en que se encuentra al finalizar el capítulo al que tiene al regresar más adelante en la historia. Se trata de un argumento que claramente se desarrollará en su propia colección y que, dada su intrascendencia para el crossover y la tremenda importancia que alcanzará, sin embargo, en su propia serie habría convenido sacar de la Guerra de la Trinidad. Por respeto a quienes no lean este crossover, pero sigan las aventuras del gran timador.
«Incluso un fantasma que vaga por el mundo necesita un sitio para descansar«
El tercer movimiento del vals llega con La Liga de la Justicia de América #7 y la entrada en escena del Fantasma Errante. En busca de respuestas al misterio que encierra la caja, el mayor traidor de todos los tiempos reúne a Deadman, Katana y Batman para un paseo bastante movidito por el más allá que, entre otras cosas, sirve para poner fin, de momento y hasta nueva orden, a la colección que comenzara Dan DiDio y que aquí cierra J.M. DeMatteis.
Sin embargo, vuelve a ser Pandora la auténtica protagonista de este capítulo. Su periplo la lleva (tras el fracaso al pedir ayuda al corazón puro de Superman) a recurrir a los seres más viles del planeta. Estamos hablando del mal antiguo que reside en el cuerpo de Vandal Savage (otro inmortal que sumar al crossover) y del mal moderno que encarna el mismísimo Lex Luthor, actualmente en prisión por razones que sólo podréis ver en su propia serie. El atormentado personaje comienza a mostrarnos su verdadera faz cuando su desesperación la lleva a descartar la compasión y a rechazar la responsabilidad de sus propios actos para con aquellos a quienes la caja va corrompiendo por el camino.
«Llueve sobre mojado, cariño«
Y así llegamos al grand finale de este baile de tres tiempos contado en cuatro. Un crossover superheroico no podía terminar sin una gran batalla en la que llovieran las muelas arrancadas de cuajo de las mandíbulas destrozadas a puñetazos por contendientes que pelean cuando deberían entonar el Kumbayá.
El capítulo final de Guerra de la Trinidad nos muestra que esta historia no ha sido sino una introducción con pretensiones para la saga que la continuará. Desvela también el por qué de tanto número tres, devuelve algo de equilibrio y confianza a los integrantes de las distintas Ligas (nada como estar bajo la misma bota para comprobar todo lo que nos une) y le da el empujón final a Pandora para que encuentre al fin la manera de luchar contra los pecados que ella misma liberó en el mundo cuando la Tierra era joven. Todo ello con una colección de splash-pages tan flipante que logrará que vuestros dedos echen humo cuando busquen en Google (tasas aparte) el próximo fondo de pantalla de vuestro ordenador… o vuestro próximo poster. Iván Reis, Mikel Janín y Daniel Sampere se manifiestan como la auténtica trinidad de la virtud pictórica mientras Jeff Lemire y Geoff Johns echan el candado de un primer cruce entre las distintas colecciones del NuDC que se hacía mucho más que necesario a la hora de dotar de solidez a la nueva historia común que se pretende contar.
Como tirón de orejas final, el precio del conjunto de cómics a comprar (Liga de la Justicia #21-22 y Liga de la Justicia de América #6-7) ronda los 20 euros, un precio que le hace a uno plantearse hasta qué punto no saldrá más rentable esperar el tiempo necesario para que se ponga a la venta la reedición del evento en un único tomo. A favor hay que apuntar que cada grapa contiene tres capítulos (es un 3×1, al final estamos leyendo más de diez cómics) y que la calidad de la edición de ECC es muy superior a la de otras editoriales. Pero muchas veces el bolsillo manda.
Deja un comentario: