Las Guerras Lácteas

Las Guerras Lácteas: ¡La leche!

Las Guerras Lácteas«¡Nuestro objetivo es librar la guerra contra la Navidad!«

 

¡Madre mía! Resulta casi imposible catalogar lo que acabo de leer y me dispongo a reseñar ahora mismo. Si Los dos volúmenes de la Patrulla Condenada de Gerard Way que ha publicado ECC ya nos dejaron el culo torcido, el primer crossover del sello Young Animal con personajes de la línea principal de DC no iba a ser menos. La historia, que queda encuadrada en un momento posterior al Renacimiento deceíta, pero anterior al crossover de Noches Oscuras: Metal (cuando existía una Liga de la Justicia con Lobo y Killer Frost a las órdenes de Batman), nace de los acontecimientos que cerraron La Patrulla Condenada: Nada, con Rita Farr en manos de Retconn y el dios de los superhéroes muerto de un ladrillazo (lo sé, es complicado de explicar), y nos plantea una aventura en la que los límites de la realidad y de lo asumible por nuestra mente se rompen una y otra vez.

 

Las Guerras Lácteas nos plantan en una realidad controlada por la corporación que existe más allá de los límites de la realidad a través del consumo de leche. Retconn pretende homogeneizar a la humanidad para poder vender Tierra Prime al mejor postor. El argumento, si hemos visto la serie que en España emite HBO, nos recuerda a ese plan de la Oficina de la Normalidad de eliminar a toda aberración que se salga de los estándares, ya sea un piloto poseído por una entidad alienígena, un ser humano robotizado, un homosexual o una mujer con ideas ‘peligrosas’. Los antihéroes de la Patrulla Condenada y los principales personajes de DC deberán unir fuerzas para evitar que su realidad se convierta en un producto de consumo, hecho para maximizar ingresos a costa de limar todo aquello que sobresalga.

 

«‘La marca hace al hombre’, como solían decirnos en la escuela«

 

El mensaje de Way es poderosísimo (y ha querido la casualidad que lea este cómic justo tras la semana del Orgullo). Con claras referencias a las grandes corporaciones, a los intereses ocultos que hay tras los principales lobbies de la industria alimentaria y a la universalización y homogeneización del consumo a través de invenciones como los ‘Funkos‘, el guionista (apoyado de nuevo por Steve Orlando) vuelve a cantar, como ya hiciera en My Chemical Romance, contra lo estándar y a favor de la rareza, motor del cambio y fuente de la diversidad que nos hace más fuertes. Las Guerras Lácteas ha de ser leído con mucha cabeza, sabiendo escarbar en sus chistes y situaciones para encontrar las duras críticas que hay a, por ejemplo, el uso del trabajo de artistas y creativos para vender a la población un mensaje de sometimiento voluntario.

 

Las Guerras Lácteas

Las Guerras Lácteas

 

El estilo narrativo, como ya ocurriera en Doom Patrol, vuelve a suponer una prueba para el lector. Way imprime un ritmo endiablado a la acción, pero los diálogos y las batallas son tan locos que cuesta en ocasiones seguir la trama. Sin embargo, el músico y guionista tiene un gran sentido de la escena y es capaz de hacer que veamos con claridad cómo sería cada uno de los capítulos que nos propone en una pantalla. Además, al igual que en la serie (o series) de la que provienen, los personajes terminan por cristalizar más allá del ecuador del evento en estructuras y mensajes que son mucho más fáciles de interpretar.

 

Las Guerras Lácteas marcaron un nuevo rumbo el año pasado para gran parte de las series de Young Animal, pero también constataron que, tras haber jubilado a Vertigo y haber fagocitado a sus personajes, DC sigue necesitando de un sello más allá de las mallas y los trajes de colores para llegar a esa parte del público que no se conforma con la norma y lo estándar.

Acerca de RJ Prous

Avatar de RJ Prous

En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados