«El ego es un pilar de nuestra cultura. Lo juro«
De forma paralela a todo lo que está ocurriendo con los mutantes durante la Caída de X, Marvel ha puesto a la venta todo un conjunto de miniseries que pretenden darnos un poco más de contexto acerca de todo lo que está ocurriendo en esta parcela de la Casa de las Ideas. Panini, por su parte (y yo esto lo agradezco), ha decidido ir recopilando todas estas series en una colección de cómodos tomos que dejan muy clara su condición de lecturas complementarias, pero que nos pueden ayudar no sólo a entender mejor el mundo en el que Orchis ha medrado, sino a seguirle la pista a un buen puñado de los mutantes que se salvaron (o no) de la Masacre Mutante acaecida durante la Gala Fuego Infernal de finales de 2023.
El primero de estos tomos llegó el mes pasado a nuestras librerías y nos trajo de vuelta al Hombre de Hielo tras su aterradora muerte en la Gala, dejó libres y sin supervisión a los Hijos de la Cámara, nos llevó a Canadá para ver cómo se replica allí la situación con la organización antimutante, también visitamos Vanaheim con algunos de los Nuevos Mutantes y cerramos el número con un vistazo a los momentos clave en la vida de Jean Gray ahora que ésta, una vez más, está criando malvas. En general, salvo excepciones, las distintas historias han funcionado bastante bien, así que aquí tenemos la segunda tanda, con el regreso de muchas de ésas cabeceras y la sustitución (por ahora) de una de ellas por otra con bastante más humor y relevancia. La editorial española, por cierto, se está marcando unas portadas sin apenas distracciones visuales, una pasada la verdad.
«En fin, entonces partí en dos su arma con mi alfanje astral«
Si nos centramos en cada una de las colecciones contenidas en este segundo tomo nos encontramos con un Hombre de Hielo que sigue tentando a la suerte a la espera de que le lancen algo que no pueda desviar ni congelar. Personalmente, creo que la serie va encaminada a terminar tal y como lo hizo la Masacre Mutante, pero lo interesante ocurre más allá de los personajes principales: convirtiendo al pueblo que vio nacer a este héroe, el mismo que lo acorraló y lo obligó a huir, en víctima del fanatismo desatado por Orchis. Esto, no nos olvidemos, no deja de ser un reflejo fiel del mundo real, en el que muchos lanzan proclamas y se lavan las manos cuando los más descerebrados de la sociedad las recogen y las convierten en armas contra sus semejantes. De todo esto va la Caída de X, no nos olvidemos ni un segundo de ello.
A Bobby le siguen los segundos números de Hijos de la Cámara y Alpha Flight, que siguen inmersos en sus respectivas tramas (la primera no termina de engancharme mientras que la segunda no deja de ser un reflejo borroso de lo que está ocurriendo en Estados Unidos, con lo cual de originalidad no va muy sobrada). Les sigue a éstas el primer número de Uncanny Spider-Man, que es la que da portada al tomo y que se dedica a expandir un poco más todo lo que ha venido ocurriendo con Rondador Nocturno desde un poco antes de los Pecados de Siniestro. De ella me quedo también con un mensaje entre líneas interesante: Y es que la gente no tarda en aplaudir a un nuevo integrante de la Spider-familia, pero es capaz, a la vez, de crucificar a los hombres y mujeres X. Es la diferencia entre mutados y mutantes, la misma que existe entre un futbolista de determinada nacionalidad y su contrapartida pobre que ‘viene a robarnos el trabajo’.
Cierra el tomo de nuevo Jean Grey con una serie de la que espero que tenga algún sentido (más allá del eterno What if…) una vez hayamos leído todos sus números.
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